Como un uppercut directo al mentón del pop, la muerte de Prince aún tiene al mundo de la música tendido sobre la lona. Esa industria y esos fanáticos que todavía no terminaban de sanar sus heridas tras el fallecimiento de David Bowie, se encontraron con un golpe rastrero que nuevamente los dejó K.O.

La voz de "Purple rain" se apagó a los 57 años y las dudas son muchas, partiendo por la causa de muerte. Sin embargo, otra incógnita que el artista estadounidense dejó para la pluma de otra persona es qué ocurrirá con su fortuna.

Un patrimonio estimado por sobre los  US$ 300 millones, que incluye su mansión en Paisley Park y un sello musical. Pero, y quizás lo que más importe a sus fans, la completa potestad sobre una discografía que asciende a 39 álbumes de estudio y a la edición aproximada de mil canciones.

Porque Prince no dejó ni testamento ni herederos, tesis reafirmada por su hermana menor, Tyka Nelson.

¿Cómo un artista que tenía tal nivel de control sobre su música y su imagen no pensó en lo que ocurriría con sus dominios tras su muerte?

Nelson, una cantante nacida en 1960, pidió una cita en la corte de Minnesota para que esta determine el traspaso de los bienes a ella y otros miembros de la familia. Según la ley de aquel Estado, al no haber testamento, ese sería el camino regular.

Al menos, para llevar a cabo la administración del dinero, la hermana de Prince contrató a la corporación neutral Bremer Trust, con la que el intérprete de "Kiss" trabajó en algún período de su carrera y que está en conocimiento de sus asuntos financieros.

La decisión, entre otras cosas, tendría que ver con la necesidad de pagar impuestos, deudas y administrar, además de su patrimonio musical, la residencia en Paisley Park que será habilitada como museo para sus fanáticos.

"Convertiremos Paisley Park en un museo para la memoria de Prince. Será para los fans, recordarán su música, que es su legado. Siempre fue un tipo reservado pero quería que su música fuera recordada", dijo su cuñado Maurice Phillips a The Sun.

Pero como todo lo que rodea la vida y muerte de un artista, ese destino sigue siendo imprevisible.

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