Tras el fallecimiento de David Bowie, se revelaron los últimos deseos que el cantante estipuló en su testamento.

La estrella había dejado estipulado que tras su muerte quería ser cremado y que luego sus cenizas las esparcieran en la isla de Bali en Indonesia, según reporta el New York Post.

La fortuna de Bowie -avaluada en cerca de $100 millones de dólares- fue dejada en gran parte a su esposa, la modelo Iman, a quien le habría llegado casi la mitad de la fortuna. El resto del dinero fue repartido entre sus dos hijos, Duncan Jones y Lexi Zahra Jones.

El cantante también le dejó 2 millones de dólares a su amigo Corinne Coco Schwab y 1 millón de dólares a la niñera de sus hijos Marion Skene.

Sus propiedades serán distribuidas entre su esposa y su hija, la primera heredará la casa en Manhattan y la segunda la vivienda que se encuentra ubicada en Nueva York.

Álbum póstumo hecho por el mismo David Bowie ya tendría fecha de publicación

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