Taylor Swift fue la ausencia más célebre de los pasados MTV Video Music Awards, pero tenía una razón contundente. La estrella pop fue considerada como jurado para un caso judicial en una Corte de Nashville, Tennessee, aunque la obligación como ciudadana estadounidense no prosperó.

La mujer de "Bad blood" dijo al juez que no podría parcial en el proceso por abuso sexual, debido a que en diciembre pasado sufrió una situación similar, después de un espectáculo en Denver, Colorado.

Swift denunció al DJ y locutor radial David Mueller por tocarle el trasero luego de haber aceptado fotografiarse junto a él en los camarines del Pepsi Center. Según la cantante, el hombre metió su mano por debajo de su falda sin su consentimiento, por lo que acudió a su fotógrafo, mánager y equipo de seguridad.

De regreso, el imputado elevó una contrademanda, debido a que lo despidieron de su trabajo por la queja "infundada" del equipo de la artista. Mueller recibía un sueldo de € 137.000 anuales.

Aunque incluso antes de la repudiable situación que le tocó vivir, Taylor Swift ha sido una defensora de las víctimas de acoso y abusos sexuales. Todavía no se olvidan los US$ 250.000 que regaló a la cantante Kesha para apoyarla en su demanda contra el productor Dr. Luke, al que acusó de haberla abusado física y mentalmente.

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