Primer semestre de 2005. Primer capítulo de la exitosa teleserie "Brujas". Beatriz, interpretada por Carolina Arregui corría desesperada por los pasillos del hotel San Francisco. La razón: su marido, Vicente Soler, interpretado por Osvaldo Laport, había muerto tras -supuestamente- haber tenido relaciones sexuales con una misteriosa mujer. Soler, yacía con una enorme sonrisa en su cara. 

Esta idea -replicada en múltiples historias de ficción- corresponde a un mito. Así lo asegura un importante estudio, que concluyó que las posibilidades de tener un paro cardíaco durante una relación sexual son tremendamente bajos.

Según un estudio dirigido por el cardiólogo Sumeet S. Chugh, director del Cedars-Sinai Heart Institute, se determinó que de 300 mil muertes asociadas a paros cardíacos, solo el 1 por ciento se relacionó con la actividad sexual. Es más, 1 de cada 100 hombres y 1 de cada 1.000 mujeres experimentan un paro cardíaco durante la actividad sexual. Todos estos datos fueron publicados en la Revista del Colegio Americano de Cardiología, durante las Sesiones Científicas 2017.

Sumeet Chugh junto a sus investigadores analizaron las muestras del “Estudio Oregon de muertes súbitas inesperadas ” y concluyeron que, entre los 4.500 casos que fueron examinados desde el año 2002, solo 34 casos ocurrieron durante una hora aproximada después de mantener relaciones sexuales.

“A lo largo de los años, hemos tenido un poco de información sobre la actividad física y cómo se relaciona con el paro cardíaco repentino, pero nadie había analizado específicamente esto durante la actividad sexual. El riesgo es muy pequeño”, dijo Chugh, autor principal de la investigación.

Entre otros hallazgos que el estudio arrojó, se concluyó que aquellos pacientes que experimentaron un paro repentino relacionado con la actividad sexual son más jóvenes- con una edad promedio de 60 años- en comparación a los que sufrieron un paro repentino no relacionado con el sexo, con una edad promedio de 65 años.

Finalmente, de los pacientes que experimentaron un paro cardíaco repentino relacionado con el sexo, un 20 por ciento sobrevivió, en comparación al 12 por ciento de pacientes que tuvieron un paro no relacionado con la actividad sexual.

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