Según un estudio, las personas musicalmente activas tienen, en promedio, un riesgo genético ligeramente mayor de depresión y trastorno bipolar. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de investigación internacional con la participación del Instituto Max Planck de Estética Empírica, de Fráncfort del Meno.

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Ya en 2019, los científicos observaron una conexión entre compromiso musical y problemas psicológicos. En ese momento, más de 10.000 suecos brindaron información sobre sus actividades musicales y su bienestar psicológico.

Según el estudio publicado en la revista "Scientific Reports", quienes son musicalmente activos informaron con mayor frecuencia sobre síntomas depresivos, de agotamiento o psicóticos.

Los genes y la educación

Dado que los participantes eran parejas de gemelos, los científicos también pudieron identificar influencias familiares como los genes y la educación. El equipo encontró que las actividades musicales y problemas psicológicos eran poco probable una consecuencia de la otra.

"Entonces, la gente no hace música como una reacción a sus problemas de salud mental o al revés", explica la autora Laura Wesseldijk. "Más bien, la conexión se puede atribuir tanto a factores genéticos comunes como a influencias del entorno familiar", agrega.

Posteriormente, los científicos ampliaron su investigación para incluir métodos de genética molecular. Encontraron que existe cierta superposición entre las variantes genéticas que influyen en los problemas de salud mental y las que influyen en el compromiso musical. Los resultados de este estudio han sido ahora publicados en la revista "Translational Psychiatry".

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