Es bien conocida la gran capacidad de los perros para interactuar con gestos humanos sutiles, como seguir señales con las manos o reconocer inmediatamente cuando alguien les está hablando. Sin embargo, los científicos aún discuten si estos animales nacieron con estas habilidades o si las aprenden con el tiempo por ensayo y error.

Un nuevo estudio publicado el jueves (03.06.2021) en Current Biology encontró que la genética juega un papel enorme en las habilidades interactivas de los caninos con las personas, y algunos comienzan la vida en una etapa más avanzada que otros.

Emily Bray, investigadora de la Universidad de Arizona y autora principal del artículo, dijo que una prueba clave que usan los científicos es ver qué tan bien los animales comprenden los gestos humanos de señalar con el dedo.

Estudios anteriores han demostrado que los perros los entienden mucho mejor que los chimpancés, nuestros parientes más cercanos en el reino animal. No obstante, algunos argumentaron que estos rasgos surgieron como resultado de la domesticación, mientras que otros sostenían que, dado que los perros viven en estrecho contacto con los humanos, "tienen un lugar en primera fila para todas nuestras interacciones", dijo Bray.

Observación de la conducta de los cachorros

Para resolver esta pregunta, Bray y sus colegas se dieron cuenta de que necesitaban observar a los cachorros, que han estado mucho menos expuestos a las personas. Así se asociaron con Canine Companions, una organización de perros de servicio que les proporcionó 375 ejemplares de goldador, labrador y golden retriever.

En una de las pruebas realizadas, un cachorro debía identificar si en un vaso boca abajo había un premio disponible o no. Bray llamaba a los cachorros, mientras hacía contacto visual y señalaba con el dedo el vaso que ocultaba la golosina.

Los cachorros eligieron el vaso correcto el 67% de las veces, muy por encima del 50% esperado. En otro experimento, Bray colocaba una pequeña caja al lado del recipiente con la golosina, y los cachorros lograron comprender la pista el 72% de las veces.

El rendimiento de los cachorros no aumentó significativamente al repetir los experimentos, lo que refuerza la idea de que las habilidades son más innatas que aprendidas.

Para excluir la posibilidad de que los cachorros se estuvieran dejando llevar por su sentido del olfato, el equipo realizó un experimento en el que Bray permanecía inmóvil y se dejaba a los cachorros buscar por sí mismos. En esta prueba, solo tuvieron éxito la mitad de las veces, lo que responde al azar.

Bray dijo que los hallazgos ayudaron a arrojar luz sobre el pasado de los perros, ya que fueron domesticados hace miles de años. Sin embargo, aún no está claro si nuestros antepasados criaron perros por sus habilidades específicas, o si simplemente criaron perros que eran amigables y estos individuos estaban más inclinados a seguir nuestro ejemplo.

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