Tras una serie de debates y distintas fórmulas, tres científicos dieron con la hora perfecta para hacer la cama y combatir a los ácaros que suelen disfrutar de la humedad y oscuridad que proporciona el ambiente.

Annette Trombert, directora de la Escuela de Biotecnología de la Universidad Mayor, explicó a Las Últimas Noticias que mientras dormimos nuestra piel se descama y —en una noche calurosa— puede generar hasta un litro de sudor. Este escenario es perfecto para la proliferación de ácaros.

Hacer la cama justo antes de levantarse no es recomendado por los expertos, dado que los ácaros se quedan atrapados en las sábanas y se reproducen en la oscuridad. 

Trombert precisa que los ácaros necesitan humedad de la atmosfera para sobrevivir. "Lo proritario es airear y ojalá asolar la cama antes de hacerla. El sol es un antimicrobiano natural, por lo que ayuda también al control de bacterias y hongos".

Para la microbióloga, el momento ideal para hacer la cama es media hora —hasta una hora— después de levantarse. Además, se recomienda abrir las ventanas y la puerta del dormitorio para que circule el aire. 

"Las sábanas y las fundas de las almohadas se deben lavar al menos una vez a la semana con agua a una temperatura cercana a los 60° Celsius, pues los ácaros y sus crías suelen sobrevivir al detergente y agua fría", señala la experta.

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