El fisicoculturista Dean Wharmby, que llegó a comer 10 mil calorías y a beber ocho latas de bebida diarias para ganar peso, murió en julio pasado de cáncer a los 39 años tras llevar una vida de abuso de esteroides. Su historia dura historia fue publicada recientemente por varios medios a nivel mundial.

Obsesionado con ganar peso y obtener el cuerpo perfecto para el fisicoculturismo oriundo de Rochdale, Inglaterra, llegó a vivir a base de una dieta alta en calorías compuesta por hamburguesas, pizzas, sándwiches de tocino y bebidas energéticas, al mismo tiempo que consumía esteroides para moldear sus músculos. 

Los primeros indicios de que algo andaba mal con su cuerpo fueron ratificados con el hallazgo de pequeños tumores alojados en el hígado, los cuales serían el comienzo de una larga lucha contra el cáncer, que acabó con su vida en julio de este año. 

Tanto él como su padre consumían esteroides anabólicos para conseguir más energía y para esculpir sus músculos, antecedente que la forense Lisa Hashmi catalogó como la "causa directa" de su muerte.

Durante la investigación, Hashmi señaló que la muerte de Wharmby debería servir como un recordatorio de los peligros que trae consigo el uso de esteroides. En las pesquisas, la médico forense reconoció la relación directa entre el abuso de esteroides y los tumores encontrados en el hígado. "Para mí es un eslabón directo y causal de la muerte de Dean". 

Hacia el final de su vida, Dean Wharmby se ciñó a un tratamiento de medicina natural que incluía la sanación espiritual y el Reiki, y llegó a tomar alrededor de doscientas tabletas naturales al día. Su pareja, Charlotte Rigby,  reconoció que cuando estaba conociendo a Wharmby hace ocho años atrás, ya tenía sospechas de que utilizaba esteroides, por el tamaño de sus músculos, pero que para cuando decidieron vivir juntos en 2010, él ya estaba tratando de dejar de tomar las drogas. 

En la indagatoria ella señaló que "no sabía los pros y los contras, pero conocía a muchas personas que utilizaban los esteroides. Ellos lo hacían por los beneficios que le traía a sus cuerpos". 

 

 

Hi it's Charlotte! Wanted to update you all as I'm getting a lit of messages of people concerned that dean hasn't...

Posted by Deans journey on sábado, 11 de julio de 2015

 

La batalla de Dean Wharmby contra el cáncer fue plasmada a través de una cuenta de Facebook, administrada por Charlotte Rigby, titulada "Dean's Journey", que llegó a tener 10 mil seguidores.  

Por medio de la página se pudo ver el rotundo cambio de vida de Wharmby, que reemplazó su antigua dieta de más de 10 mil calorías diarias a una rica en vitaminas y nutrientes naturales, con recortes en los niveles de azúcar y el consumo de carne.

Wharmby fue fisicoculturista durante veinte años antes de que se le manifestara el cáncer. En una entrevista realizada en marzo para MailOnline, el fisicoculturista explicó las razones que se escondían detrás de su irracional dieta, señalando que "eso fue porque quería ser tan grande como fuera posible". 

"Yo debía entrenar a siete clientes en un día, entonces tenía que conseguir la energía suficiente para entrenarme a mí mismo", aseguró.

 De esta forma, además de su dieta convencional como físico culturista, Wharmby agregó las ocho latas diarias de bebidas energéticas, visitas al McDonald's y una pizza mientras iba de camino a casa. 

Wharmby mantuvo su tratamiento natural  a pesar de que los doctores descubrieron un crecimiento en sus tumores y le ofrecieron un trasplante de hígado y quimioterapia. 

"Me rehusé desde el principio", señaló en su entrevista a MailOnline, "La razón fue que decidí mantener lo natural por sobre lo artificial, porque quería vivir no morir". 

Luego de un año de cambios de hábito tanto en la dieta como en la vida cotidiana, el tumor alojado en su hígado desapareció. Wharmby reconoció sentirse satisfecho al respecto, pero admitió también que la forma que la dieta saludable que había adoptado dejó de tener sentido para él. 

En 2013, tuvo una recaída mientras se encontraba entrenando a un cliente en el gimnasio, fue llevado al hospital y retomó su estilo de vida saludable. Sin embargo, un quiebre con su novia, que lo hizo quedar sin hogar, complicaron la situación y Wharmby tuvo problemas para volver a recuperarse y pronto los doctores le diagnosticaron solo tres semanas de vida. 

Los tumores crecieron demasiado para ser extraídos mediante una operación y no había nada que se pudiera hacer al respecto. La oferta de la quimioterapia volvió a aparecer, pero los doctores fueron claros al declarar que no tenía demasiado sentido, dado el nivel avanzado de la enfermedad. 

Su pareja, Charlotte Rigby, regresó a su vida trayendo consigo la antigua dieta balanceada. Wharmby incluso fue revisado por un médico de Londres, especializado en medicina natural, pero los intentos fueron fallidos 

En julio de este año, el físico culturista finalmente falleció. "Sentí que mi corazón se rompía", declaró Rigby a través de la página de Facebook, "pero sé que donde él está ahora es libre, la enfermedad se ha ido junto con el dolor. Ahora él es puro, perfecto y vivirá para siempre". 

 

 

 

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