Un buen consumidor sabe que un pescado fresco debe tener las agallas bien rojas, carne firme y dura al tacto, escamas bien adheridas y especialmente ojos muy brillantes.

Y esa última caracteristica quisieron pasar por alto en una pescadería de Kuwait, donde sus dueños decidieron cubrir los ojos amarillentos de los pescados de su tienda, con unos de plástico, para que lucieran recién sacados del mar. 

El hecho llamó la atención de los consumidores y denunciaron la "estrategia" comercial del local y causó repudio en el país árabe debido a que no es la primera vez que se trata de engañar a los clientes con este tipo de productos.

En julio de este año se denunció que en Kuwait se llenaban con clavos a los pescados para aumentar su peso y cobrar más dinero por ellos. 

Publicidad