Rihanna se hizo esperar, pero en cuanto pisó el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York se convirtió en la protagonista absoluta de la noche de MET Gala.

Tras un gran desfile de celebridades por la alfombra de la MET Gala 2023, la intérprete de 'Umbrella' finalmente llegó y, si no fuera porque todos la estaban esperando, probablemente nadie le habría reconocido.

Al evento, la cantante llegó de la mano con su pareja ASAP Rocky con looks que rendían culto al homenajeado de la noche, Karl Lagerfeld.

La artista entró al recinto por la puerta grande y lo hizo enfundada en un look blanco monocolor de Valentino hecho a la medida, con una capucha cubierta de 30 apliques de camelia gigantes hechos de 500 pétalos y una cola ondulante. Con este diseño no sólo se refirió a una de las tendencias más notables de la noche –los vestidos de novia– sino que también la elevó a nuevas alturas. 

La capa que usó sobre su cabeza sólo dejaba ver su cara a la que añadió unos lentes de sol de color blanco con pestañas postizas incluidas pegadas a los cristales de las mismas.

Luego, al subir los escalones, Rihanna se desabrochó la capa para revelar un último detalle: una cintura caída que resaltaba su pancita de embarazo de casi siete meses.

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