La empresaria e influencer británica Ashley Stobart sorprendió a sus seguidores tras revelar el inesperado y alarmante hallazgo que realizaron los cirujanos durante su lifting facial, una intervención que se prolongó por casi diez horas y que tuvo un costo aproximado de 46.000 dólares, más de 44 millones de pesos chilenos.
Lo que debía ser una cirugía estética de rutina terminó convirtiéndose en un complejo procedimiento médico: los especialistas descubrieron y extrajeron “bolas verdes de pus” formadas por antiguas infecciones derivadas del uso excesivo de rellenos faciales.
Durante años, Ashley había buscado sin éxito a un profesional que aceptara operarla. La mayoría de los cirujanos rechazaban su solicitud debido a su corta edad. Sin embargo, después de múltiples tratamientos estéticos y de “abusar” de los rellenos, finalmente encontró a un médico dispuesto a intervenirla.
En una entrevista con el podcast “In the Make-up Chair”, la influencer de 35 años relató con crudeza la experiencia vivida en el quirófano. “El cirujano estuvo horas sacando relleno de mi cara. Eran como bolas verdes de pus que se habían infectado”, contó, reconociendo que nunca imaginó el daño que los tratamientos estéticos podían provocarle.
“Mi marido llamaba todo el tiempo para preguntar si estaba bien, y los médicos le decían que no podían terminar porque no lograban sacar toda esa porquería”, recordó Ashley. La cirugía, que se extendió por nueve horas y media, obligó a los especialistas a retirar hasta cuatro pulgadas de piel de cada lado del rostro para limpiar completamente las zonas afectadas.
Con honestidad, Stobart admitió que durante años abusó de los rellenos y procedimientos estéticos. "Simplemente me ponía relleno por diversión. Da miedo porque con el tiempo, todos estos pequeños trozos de relleno que crees que no suman, en realidad terminan resultando en que tu cara esté llena de relleno (...) Entre rellenar, disolver, volver a rellenar y probar cosas nuevas, perdí la definición de mi cara. Ya no me reconocía”, confesó. A esto se sumaron los efectos de sus embarazos, que agravaron la hinchazón facial: “Cuando tienes rellenos y quedas embarazada, retienen agua. Mi cara se hinchó muchísimo y terminé con papada”, explicó.
La decisión de someterse a una cirugía tan invasiva a una edad temprana generó controversia en redes sociales. No obstante, Ashley defendió su elección con firmeza: “Es mi plata, así que decidí informarme bien y hacerlo de manera segura”, expresó. Y agregó con tono de reclamo: “Ya basta de burlarse de las mujeres por sus decisiones”.
Tras la operación, la influencer enfrentó un largo proceso de recuperación. Confesó, incluso, que su hija le pidió no ir a buscarla al colegio por su aspecto durante esos días. Aun así, Stobart se mostró agradecida y aliviada por haber dado el paso, advirtiendo sobre los riesgos de abusar de los tratamientos estéticos sin supervisión médica adecuada.