El pasado 2017 fue un año difícil para la cantante Katy Perry. Esto luego de que anunciara su quiebre con el actor Orlando Bloom, seguido por un "declive" en su carrera musical de la mano de su segundo disco "Witness".

Según aseguró la artista al programa SiriusXM de la cadena CBC Radio, consideró incluso quitarse la vida, ya que tras terminar su relación, puso toda su fe en su nuevo álbum que finalmente no obtuvo los resultados que esperaba.

En dicha entrevista, Katy dijo que "solía tener esta trayectoria ascendente de ir siempre subiendo, subiendo, subiendo, subiendo, subiendo, subiendo”, pero que su segundo disco vendió menos copias que su álbum debut "Prism".

“No era tan grande desde una perspectiva externa, pero para mí fue sísmico”, explicó.

Pero la artista se apoyó en su fe en Dios, inculcada principalmente por su familia, e indicó que en medio de este mal momento reflexionó que ella fue creada con un propósito y razón, "y que no soy desechable".

"La gratitud es probablemente lo que me salvó la vida, porque si no me habría revolcado en mi propia tristeza y probablemente habría saltado”, detalló al respecto.

Cabe destacar que a fines de 2017, Katy Perry anunció su reconciliación con Bloom. Luego, en San Valentín de 2019, la pareja confirmó su compromiso con un brillante anillo mostrado a través de Instagram.

Finalmente, ambos están esperando a su primera hija, una situación que los mantiene felices y más unidos que nunca. Y que, a su vez, demuestra que siempre sale el sol luego de la tormenta.

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