Aunque parezca contradictorio, Kim Kardashian y Kanye West iniciaron una nueva etapa en su matrimonio.

Contradictorio porque, de acuerdo a la revista People, decidieron alejarse en la vida diario y no vivir juntos.

La relación no pasa por su mejor momento. El trastorno bipolar que sufre el rapero de 43 años se agudizó durante los últimos meses, razón por la que tuvo algunos desencuentros con su esposa debido a sus acciones como, por ejemplo, mientras estuvo haciendo campaña como candidato presidencial en Estados Unidos.

"Kim tiene trabajo y proyectos que son muy importantes para ella, y Kanye tiene los suyos propios", dijo la fuente consultada por la revista especializada en Espectáculos y Farándula, añadiendo que "sus vidas no coinciden demasiado".

A ojos de este anónimo, la figura televisiva se encuentra feliz y concentrada en sus causas humanitarias. Siguiendo el ejemplo de su fallecido padre, el abogado Robert Kardashian, la mujer de 40 años está estudiando leyes para ayudar a presidiarios que han sido encarcelados por motivos injustos.

Así ocurrió con el ejecutado Brandon Bernard, al que Kardashian apoyó durante años e intentó que la pena de muerte fuese cambiada. Finalmente, el hombre que participó de un asesinato doble cuando tenía 18 años recibió la inyección letal hace algunos días.

Kanye West, por su parte, sigue centrado en la música y en la política.

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