Andrea Tapia Mayer

A casi dos semanas de realizarse la próxima edición de la Feria del Libro en Santiago (FILSA), hoy se dieron a conocer algunos avances de lo que será el evento. En ese contexto, en T13.cl conversamos con Jorge Muñoz, director de la Cámara Chilena del Libro –organismo a cargo de la organización de FILSA—, quien además de revelar las tareas pendientes de la feria que tuvo un presupuesto cercano a los $600 millones, abordó el escenario actual del mundo literario en Chile, los conflictos del ISBN, la “reinvención” del organismo tras un comienzo de año polémico, la reforma educacional y los proyectos en carpeta sobre la eliminación del IVA.

1 La digitalización de FILSA

Jorge Muñoz señala que una tarea pendiente en FILSA es incorporar la era digital a sus filas, algo que podría darse en las próximas ediciones, sobre todo gracias a la invitación de los países nórdicos en 2015.

Lo que estamos buscando es un modelo de distintas formas de cultura, no solo el libro como material impreso, y eso se potenciará con los países nórdicos. (..) Hoy tenemos mesas y jornadas de trabajo en torno al tema digital, pero es un tema que tenemos que discutir y trabajar. El Ministerio de Educación recién está haciendo un levantamiento de cuáles son los recursos digitales disponibles para la educación. Nos preguntó ¿qué hay? Y en esa línea vamos. Debemos armar una base sustentable de este cuento, saber cómo estamos y qué material tenemos”.

2 La compleja industria literaria

En relación al escenario actual de la industria literaria chilena Muñoz se muestra optimista. “Hay nuevas editoriales en camino, editores que han conformado una forma de trabajo. No son autores ‘autopublicados’. Son editores que pueden aportar a la industria hasta diez títulos anuales. De ellos se ha visto un aumento. Se ve un interés de los jóvenes en cierto material. Hoy en día tenemos todo. Una industria editorial potente que conoce el negocio hace 15 años, una base de autores impresionante y una cantidad de lectores que viene de atrás, de los 30 y 20. El punto está en que debemos tener una sola voz y una sola forma de trabajar, una política de estado, de país. Si logramos eso esto invierta lograremos revertir la cultura y crecer”.

3 El “disfraz” del registro ISBN

De 2010 a 2013 el registro de ISBN (Estándar internacional de numeración de libros) ha registrado un aumento cercano al 15%. Aunque podría pensarse de que se trata de un crecimiento en la industria, si las cifras se miran a simple vista podrían ser engañosas a juicio de Muñoz. “Puedo revisar el ISBN pero resulta que tiene registros inscritos que son reingresados y eso no es un nuevo libro en el mercado. Yo puedo leer y decir ‘sí, ha habido aumento del 18%’ pero este número incorpora las reediciones. El número se disfraza".

Dentro de los propios editores hay quienes no saben cuándo deben sacar el ISBN, lo que agrava el asunto. "Si hago sólo una nueva reimpresión no debo sacar un nuevo ISBN. Es un libro que ya está vivo, ya tiene su ADN. El tema está en que si hago una modificación de un capítulo o portada obliga a un nuevo ISBN. En términos estadísticos ¿una portada nueva pasa a ser un nuevo libro al mercado? La respuesta es no”.

4 La reestructuración interna tras la polémica salida de Infante

Tras la salida de Arturo Infante del directorio de la Cámara Chilena del Libro el organismo se encuentra viviendo un proceso de “reinvención” interno, según comenta Muñoz. Tras el cambio de directiva los nuevos ejes se enfocaron en tres áreas: consagrar FILSA y las otras ferias literarias que están bajo su organización, los estatutos de la Cámara y la Ley del Libro, que a su juicio ha dejado temas esenciales fuera tras sus últimas reestructuraciones.

“Queremos consagrar los estatutos. Hacernos cargo del mundo de hoy. Éstos datan de 15 años y hoy en día han cambiado los parámetros. Casi no existen los “placistas”, por lo que debemos hacernos cargo de los nuevos tiempos, poner la existencia de la Cámara en lo que realmente se necesita. Debemos tener una opinión más incisiva en el elemento del libro como elemento de cultura”, cuenta Muñoz.

5 La reforma educacional y la lectura

En la reforma educacional no está el tema del libro, no está el tema del uso del material escolar. Si bien hay mesas de trabajo éstas están en el Consejo de Cultura, donde participamos para incorporar el libro como elemento en las bibliotecas y currículos de educación en pedagogías etc. ¿Qué esperamos lograr? Tener una participación más activa en términos de la oferta. Y de las formas de la oferta. No comercial, del abanico del aporte cultural. Los editores deben tener un canal de comunicación con el poder comprador estatal. El mercado privado siempre se las arregla solo. El tema es en políticas públicas”.

Muñoz añade que la lectura tiene un objetivo en la educación, por eso la decisión de qué libro incorporar en la planilla de estudio del alumno no puede ser al azar: “Debo saber si tal o cual libro se lo mando a un chico de 13 o 18 años. Si me equivoco en esa elección mato al niño. Si lo mando a leer algo que no es de su lenguaje, de su ámbito cultural, va a concluir que el libro es “fome””.

6 La disputa por la eliminación del IVA

“Es un tema tremendamente complejo. Es todo una cadena que va hacia atrás. ¿Al señor que tala el árbol para la celulosa que produce papel le quitamos el IVA? ¿Cómo discriminamos que esos papeles van a los libros? Hemos analizado el modelo argentino – que es medio mentirosillo-, hay otros países que realmente los liberan a través de políticas de estado que es lo más fácil. Hay modelos de propuesta al interior de la Cámara y están las carpetas ahí. El modelo argentino no es sin IVA, a ojos del lector si es así pero a nivel editorial no. Hay un par de informes sobre la mesa para que el día que nos digan ‘señor, ¿hablemos de esto?’ podamos hacerlo”.

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