En el contexto de la Segunda Conferencia Internacional “Nuestro Océano” (“Our Ocean”), que se está realizando en Valparaíso, este 5 de octubre se firmó un Acuerdo de Producción Limpia (APL), para la protección de la ballena azul y reducción de impactos que involucra a la industria salmonera, informó WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza, por sus siglas en inglés).

El gobierno de Chile, la industria del salmón, la sociedad civil y la academia, convinieron en este acuerdo que implementará acciones de monitoreo y avistamiento de la ballena azul en el Golfo de Corcovado, una de las zonas más importantes del hemisferio sur para la alimentación y crianza de esta emblemática especie.

El segundo objetivo es la adopción de prácticas productivas salmoacuícolas que favorezcan la conservación del ecosistema así como la prevención y mitigación de impactos en las zonas de influencia de las operaciones de la industria del salmón, fomentando la colaboración entre las empresas suscriptoras, la sociedad civil, el mundo científico y los servicios públicos.

El compromiso denominado “Conservación de la ballena azul y grandes cetáceos en la Patagonia Norte, Región de Los Lagos y de Aysén”, fue encabezado por el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, y por su par del Medio Ambiente, Pablo Badenier.

Este tipo de Acuerdo convoca y compromete a múltiples instituciones:

Los industriales salmoneros miembros de la Global Salmon Initiative (GSI) -AquaChile, Blumar, Camanchaca, Los Fiordos, Multiexport y Ventisquero-; Subsecretaría de Pesca; Servicio Nacional de Pesca; CORFO; Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante; Centro Ballena Azul; Universidad Austral de Chile y WWF Chile, la Organización Mundial de Conservación. Todos ellos, liderados por el Consejo Nacional de Producción Limpia.

En principio, el Acuerdo tendrá una duración de 36 meses, aunque existe la expectativa de mantenerlo durante 10 años con el interés de generar estudios científicos y mejorar las capacidades vinculadas a este tema en el país. Los fondos, que alcanzarán los US$250 mil por año, provendrán en su mayoría de los productores de salmón firmantes.

Por su parte, el director ejecutivo del Consejo Nacional de Producción Limpia, Juan Ladrón de Guevara, señaló que este acuerdo es muy especial, ya que por primera vez se genera una alianza público-privada tan potente para proteger a la ballena azul.

“Para nuestro Consejo, la cooperación, la confianza y la voluntariedad son herramientas altamente eficientes para enfrentar desafíos como éstos y estamos convencidos que las metas comprometidas serán beneficiosas tanto para el ecosistema de la ballena, como para los industriales que allí se desempeñan”, aseguró.

En tanto, el Director de WWF Chile, Ricardo Bosshard, señaló sentirse conforme con este Acuerdo, dado que se lograron compromisos concretos por parte de la industria del salmón, para la protección de una de las especies prioritarias para la red de WWF a nivel mundial.

La historia de la ballena azul en el Golfo de Corcovado

Hace más de doce años, el doctor Rodrigo Hucke-Gaete del Centro Ballena Azul, en conjunto con la Universidad Austral de Chile, lideró una serie de investigaciones que le permitieron identificar a la zona del Golfo de Corcovado como uno de los lugares de alimentación y cuidado parental más relevantes para las ballenas azules en todo el Hemisferio Sur.

“Este acuerdo permitirá que nuestras investigaciones científicas sean consideradas para un aspecto tan importante como la generación de planes de acción concretos para la reducción y mitigación de impactos de la industria salmonera, las cuales debieran ser implementadas. Así mismo, este acuerdo nos proporcionará la oportunidad de consolidar nuestro programa de monitoreo para entender en detalle aspectos escenciales de la historia de vida de los animales más grandes del mundo. Este acuerdo puede transformarse en un ejemplo a nivel mundial de colaboración entre el mundo privado, público y la academia”, señaló Hucke-Gaete.

A través de los años, las investigaciones del Centro Ballena Azul (CBA), la Universidad Austral de Chile y otros organismos de la sociedad civil como WWF y la Fundación Melimoyu. entre otros, han permitido que se genere información de primer nivel para el desarrollo de propuestas de conservación para la zona tales como una red de Áreas Marinas Protegidas en el Golfo de Corcovado, cuyo primer hito estuvo en la creación del Parque Marino Tic- Toc en febrero de 2014.

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