El pasado sábado, día en que Meghan Markle cumplió 37 años, su atuendo le jugó una mala pasada.

Todo pasó mientras asistía a la boda del mejor amigo del príncipe Harry, Charlie Van Straubenzee. Meghan llegó con un vestido azul marino con detalles de cuatro colores en su falda. 

En medio de las miradas de los fotógrafos, un botón de su blusa se desabrochó, dejando ver parte de su ropa interior.

Un impasse que le generó críticas en redes sociales. Muchos de los cuales cuestionaban si realmente se había tratado de un accidente. 

"Supongo que la buena noticia es que ella llevaba un bonito sostén de encaje", reaccionó un usuario.

"Meghan se robó el show con su error deliberado de su vestuario", declaró un usuario de Twitter. 

La fundadora de Beaumont Etiquette, Myka Meier, afirmó a People que el problema no califica como un quiebre real del protocolo: simplemente son accidentes.

"Meghan no rompió el protocolo real cuando mostró el sujetador, ya que accidentes o mal funcionamiento del vestuario no se consideran en contra de las reglas del código de vestimenta", explicó Meier.

 

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