En Alemania, posiblemente, todos sus habitantes tuvieron un lapicero o rotulador con su apellido. Incluso aquí, en Chile. De una empresa que se inició en el negocio de la carpintería, pero que terminó fabricando lápices, hasta unos destinados a la cosmética. Pero ahora, esos mismos artículos pueden ser utilizados como homenaje al dueño de la marca, el conde Anton-Wolfgang von Faber-Castell.

El abogado murió este jueves a los 74 años en Houston.

Nacido el 7 de junio de 1941, en Bamberg, estudió en una escuela suiza y terminó sus estudios universitarios de Derecho en Zurich.

Estuvo trabajando seis años en el sector financiero londinense y neoyorquino, para luego incorporarse a la empresa familiar Faber-Castell, fundada en 1761.

El conde Anton-Wolfgang von Faber-Castell formaba parte de la octava generación de la compañía.

Tenía cuatro hijos, los que quería que se quedaran con la empresa.

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