Es posiblemente la primera mujer fotorreportera de guerra que murió en el frente. Es también la autora de importantes imágenes que retrataron la Guerra Civil española. Fue compañera y mujer de André Friedmann;  juntos crearon la identidad Robert Capa para publicar fotografías y evitar conflicto por sus apellidos judíos, en el contexto del nazismo cundiendo por Europa.

Gerta Pohorylle, que es su verdadero nombre,  nació en Stuttgart y se crió en Leipzig. Hija de un matrimonio judío de izquierda, Gerta fue siempre una mujer moderna e independiente que fumaba, jugaba tenis y participaba en política. Fue férrea opositora al entonces emergente nazismo y  en 1933, cuando Hitler llegó al poder, escapó a París. Ahí trabajó un tiempo como mecanógrafa y al año siguiente conoció a André Friedmann, un joven fotógrafo judío húngaro, que le enseñó su oficio y del cual se enamoró. Gerta entró a trabajar en Alliance Photo y pasó a llamarse Gerda Taro, simplificando su nombre para idiomas como el francés y el español. Junto a Friedmann crearon el nombre de Robert Capa con fines de marketing y para protegerse por su origen judío. Son varios los biógrafos e historiadores que aseguran que ella era la verdadera ideóloga dentro de la pareja. Algunas fotografías tomadas por Taro y firmadas como “Capa” se le adjudicaron al fotógrafo. Otras, que figuran como “Capa y Taro” pueden haber sido tomadas por ella, también. Lo cierto es que fueron en todo momento una dupla fotográfica.

Decidieron partir a España donde se estaba desencadenando la Guerra Civil. Les atrajo la aventura, las características del conflicto y también la fuerza de las imágenes de guerra; milicianos uniformados, mujeres entrenándose para la lucha, jóvenes heridos y niños huérfanos. También había una clara postura política a favor de la República y en contra del fascismo. Gerda estuvo en las batallas de Guadalajara y Brunete disparando su cámara. Fue en la retirada de Brunete cuando la fotógrafa cayó del coche que la llevaba y un tanque la atropelló por accidente. Murió horas después en el hospital en El Escorial, seis días antes de cumplir 27 años. Recibió los honores de una combatiente y pasó a la historia por su trágica y prematura  muerte y por haber sido pareja de Robert Capa. Recién en 1994 el libro “Gerda Taro. Una fotógrafa revolucionaria en la guerra de España”, escrito por la alemana Irme Schaber, hizo justicia a la trascendencia de Taro como fotógrafa y al valor de sus imágenes en la narración de un momento histórico.

Publicidad