Kathrine Switzer hizo historia dos veces con el número 261. La primera vez fue en 1967 cuando se transformó en la primera mujer en correr oficialmente en la maratón de Boston (Bobbi Gibb corrió la misma maratón en  1966 y en 1967 pero sin inscribirse; se “coló” en la carrera).

Cuando Switzer era una joven estudiante de periodismo decidió que quería correr la maratón de su ciudad, carrera en la que hasta el momento sólo participaban hombres. Por eso se inscribió ambiguamente bajo el nombre de KV Switzer. El día de la carrera incluso se maquilló, orgullosa de ser la única mujer entre miles de corredores. Con el número 261 en su dorsal, se largó a correr. En el transcurso de la carrera uno de los co-directores de la maratón la vio y trató de sacarla de la competición. El hombre, llamado Jock Semple, se abalanzó sobre ella, la zamarreó y le gritó: “Sal de mi carrera y devuélveme ese número!”. Pero Kathrine continuó corriendo escoltada por otros competidores, agarró vuelo y llegó a la meta después de 4 horas y 20 minutos. Un fotógrafo captó la escena y la imagen recorrió el mundo como escena representativa del machismo. El 261 de su perchera se transformó en un triunfo para la lucha de las mujeres que querían participar de las mismas actividades que los hombres.

Switzer se convirtió en escritora, comentarista de televisión y siguió siendo atleta aficionada. En 1974 ganó la maratón de Nueva York y al año siguiente quedó segunda en Boston, con su mejor marca histórica: 2 horas, 51 minutos y 37 segundos.

Cincuenta años después de su primera maratón y con 70 años cumplidos, Kathrine Switzer volvió a correr la maratón de Boston, llevando su 261.

Publicidad