Marie Curie fue la primer mujer en recibir un Premio Nobel y fue en la categoría de Física. Hoy es considerada una de las mujeres más influyentes y admiradas en el mundo de la ciencia. Sin embargo a principios del siglo XX en un mundo dominado por hombres, ser científica no fue fácil.

Esta polaca – quien después se nacionalizaría francesa- hizo sus estudios de forma clandestina en Varsovia, pues ser mujer y estudiar no iban juntos. Pero en Francia eran más liberales, y fue ahí donde pudo entrar a la Universidad de Paris a estudiar física, química y matemática. En su estadía francesa conoció a su par científico y sentimental que le daría su apellido, Pierre Curie. Juntos les gustaba andar en bicicleta y hacer experimentos científicos en un cobertizo cerca de la Escuela de Física y Química. A pesar de vivir de forma muy humilde, pues la mayoría de su trabajo inicial científico era pagado por ambos siendo profesores, fue en 1903 que junto a su marido y Henri Becquerel, reciben el Premio Nobel de Física por su investigación de la radiación, la base para la creación de los rayos X.

Pierre muere en 1906 en un accidente con una carreta de caballos. A pesar de estar sumamente deprimida por la muerte de su compañero, continúa su trabajo científico en el Instituto del Radio (creado por y para ella), donde además se convierte en la primera mujer en ser profesora de la Universidad de Paris. Su presencia en un mundo masculino le hace tener que lidiar con el escándalo a fines de 1911, al publicarse en un diario su correspondencia con su amante,  Paul Langevin, el que estaba casado. Se le nombró como a una “rompe hogares judía extranjera”. Sus adversarios académicos y la prensa derechista francesa no podían estar más felices que la vida personal de esta científica pudiera opacar su carrera profesional.

Pero a la Academia Sueca no le importó la vida privada de Marie y le otorgó en 1911 su segundo Premio Nobel, ahora en solitario y por Química, debido a su descubrimiento del radio y el polonio (nombrado en honor a su país natal).

Además de sus descubrimientos químicos, fundó el Instituto Curie en París y Varsovia, ambos centros todavía entre los más importantes en investigación médica hoy.

Muere en 1935 por complicaciones derivadas de la exposición a la radiación de los tubos de ensayo que guardaba en sus bolsillos cuando investigaba.

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