En 1964 Patti McGee llamó la atención al coronarse campeona del Campeonato Nacional de Skateboard. Ahí podía tomar dos caminos: o seguir en competencias como amateur, o transformarse en una profesional, lo que significaba giras con demostraciones de piruetas y un sueldo. Se decidió por lo segundo, convirtiéndose en rostro de los skate Hobie, y yendo incluso a programas televisivos para hacer sus giros 360.

En 1965 Patti adornó la portada de la revista Life, parada en la patineta con sus manos, a modo de invertida, una foto icónica para todas las mujeres que después se han subido a los skate.

Después de un año de gira, el interés decayó un poco y Patti se dedicó a otras cosas. Una vida fuera de lo común todavía, ya que por un tiempo hizo ski, y también se dedicó a la minería de turquesas en Nevada y a trabajar en el mundo del cuero.

Hoy sigue siendo una ídola para jóvenes skaters, y además fue honrada como una de las leyendas del surf de Malibú. Su hija tiene una empresa de estampados y crean ropa para jóvenes mujeres que les gusta subirse a la patineta. En el año 2010 fue la primera mujer en ser introducida al Salón de la Fama del Skate en EE.UU.

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