Nació y se crió en Francia, hija de padres británicos, y fue inglesa de nacionalidad y alma: huyó a Londres cuando la ocupación nazi llegó a París, y se convirtió en una hábil espía. Retornó a Francia en paracaídas, y lideró a la red de espías en los últimos años de la guerra; era tan efectiva, que los alemanes pusieron un precio a su cabeza: un millón de francos por su captura.

Pearl Witherington era la mayor de cuatro hermanas; desde pequeña buscó trabajo en la embajada británica, para ayudar monetariamente a la familia que debía enfrentar el alcoholismo de su padre. Cuando los nazis se acercaban a París en 1940, la joven Pearl y su madre y hermanas huyeron clandestinamente por la frontera para instalarse en Gran Bretaña. Una vez allá, Pearl quiso sumarse a las fuerzas de lucha, y partió trabajando en el ministerio de aviación, pero quería algo más de armas tomar. Aunque muy pocas mujeres eran admitidas todavía, se unió a la Special Operations Excecutive (SOE), creada especialmente para el espionaje de la Segunda Guerra Mundial.

El retorno a Francia no era fácil: Pearl se lanzó en paracaídas desde un avión, para nuevamente entrar a las fronteras del país ocupado. Una vez ahí se hizo pasar como una vendedora de cosméticos, pero realmente trabajando por las fuerzas aliadas. Cuando su jefe fue apresado y llevado a un campo de concentración, Witherington quedó a cargo de la operación, que incluía coordinar a más de mil agentes que conseguían información vital para traer abajo a los nazi; para nunca usar el teléfono o correo, que podía ser interceptado, Pearl y su equipo viajaban horas, de noche y en secreto, para cumplir con las misiones. Además coordinaba la entrega de armas, y una vez incluso escapó por poco de ser apresada; sus enemigos habían puesto una recompensa de mil francos para quien capturara a la mujer, que trabajaba bajo el alias de “Pauline”.

Una vez terminada la guerra, Pearl se casó con quien era su novio, y colaborador en la lucha, Henri Cornioley. Se le quería entregar la Cruz Militar, el más alto honor para quienes sirvieron en el ejército en la guerra, pero era imposible porque el galardón en ese entonces no se le otorgaba a mujeres; cuando se le ofreció un honor civil, Pearl se negó, ya que había luchado mano a mano y no como civil en su trabajo como espía. Eventualmente esto fue corregido, entregándole honores militares, la Orden del imperio británico, convirtiéndola en Dama, y además, la Legión de honor francesa.

El resto de su vida lo vivió tranquilamente como secretaria, y murió a los 93 años en Francia.

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