Cuando el ilustrador comercial Andy Warhol hizo mundialmente famosa la lata de sopa Campbell´s en 1962, probablemente no se imaginaba que medio siglo después esa misma lata volvería a generar controversia, esta vez por motivos que nada tienen que ver con el arte pop.

La polémica responde al nombre de bisfenol A, también conocido por sus siglas en inglés, BPA, que algunos médicos y científicos vinculan al cáncer, daño cerebral y problemas hormonales.

Y es que, pese a que la compañía estadounidense sigue defendiendo que el envasado de sus productos "es uno de los más seguros del mundo", muchas organizaciones sanitarias no piensan lo mismo.

Por eso, en febrero de 2012, Campbell´s comenzó a buscar alternativas para recubrir el interior de sus latas.

Cuatro años más tarde, acaba de anunciar que retirará el químico de sus latas, una medida que será plenamente efectiva a mediados de 2017, reveló la compañía en un comunicado.

Pero, ¿qué es el BPA y cómo puede poner en peligro nuestra salud?

Sustancia cancerígena

Campbell´s lleva más de 40 años utilizando bifenol A en el envasado de sus productos. Pero no es la única empresa que lo hace.

El químico está presente en algunas latas de frijoles, fruta envasada, carne enlatada, pasta, sopas y verduras.

La organización norteamericana Breast Cancer Fund (Fundación del cáncer de mama), que investiga los vínculos entre el cáncer y la exposición a químicos tóxicos y radiaciones de nuestros entornos cotidianos, dijo que el bisfenol A es "uno de los químicos a los que más nos exponemos a diario, desde envases de alimentos y bebidas hasta empastes dentales".

Y se utiliza para muchos otros productos, como lentes, cosméticos, juguetes, CDs e incluso biberones (hasta hace pocos años).

Según la Breast Cancer Fund, el BPA es "un estrógeno sintético que puede alterar el sistema hormonal, particularmente en bebés, sobre todo cuando todavía se encuentran en el vientre materno".

"Incluso una exposición minúscula aumenta el riesgo de cáncer de mama y de próstata, infertilidad, pubertad precoz, trastornos metabólicos y diabetes de tipo 2", dijeron los científicos del Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos.

Los investigadores citan varios estudios que exploraron los efectos negativos en la salud por la exposición a este químico, los cuales mostraron, tras analizar muestras de orina y de sangre, la elevada exposición al químico en todo tipo de personas, desde bebés hasta ancianos.

Según confirmó el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el 93% de los norteamericanos tienen restos en su organismo de bisfenol A.

Pero la alerta no es nueva. En 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe alertando sobre su peligro y lo definió como "una amenaza global", subrayando la "falta de información sobre sus efectos".

"Transparencia"

"Nuestra prioridad a lo largo de esta transición (la eliminación de BPA de las sopas enlatadas) ha sido y continuará siendo la seguridad alimentaria", dijo Mike Mulshine, director del programa de envasado de Campbell´s.

La empresa aseguró que en marzo de 2016 comenzó a utilizar componentes de acrílico y poliéster en sus latas para reemplazar al químico, "tras probar cientos de alternativas".

Además, la compañía explicó que el anuncio de esta transición responde a una política de "transparencia", la cual es "muy importante para quienes compran nuestros alimentos y bebidas".

"En los últimos seis meses hemos realizado varios cambios y completaremos la transición a mediados del próximo año", agregó la empresa en su nota informativa.

Según la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), el bisfenol A no es peligroso, al menos en los niveles en los que lo utiliza actualmente la industria alimentaria.

Sin embargo, este mismo organismo lo prohibió en la fabricación de biberones y en los envases de comida para lactantes, una medida que también fue adoptada por la Unión Europea en junio de 2011.

"Estudios demuestran que el bisfenol A puede tener efectos para el desarrollo del niño, la respuesta de su sistema inmunológico y el fomento de la aparición de tumores", dijo entonces el comisario europeo de Salud y Consumo, John Dalli.

Un año más tarde, Argentina y Colombia prohibieron su uso, y la coalición de hospitales Salud sin Daños de América Latina tomó medidas en 2013, eliminando el BPA de los biberones de varios hospitales.

Pero la polémica sobre el uso del químico en el envasado de productos continúa siendo una cuestión latente.

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