Fue algo único, rompedor, y destinado a cambiar el diseño para siempre.

Y aun así, cuando Andy Warhol presentó sus latas de sopa Campbell en 1962 fue objeto de burlas e indiferencia.

Pero esta reacción no duró mucho. Irving Blum, propietario de la galería de Los Angeles donde la obra fue exhibida por primera vez, se dio cuenta de que las 32 piezas que componían el trabajo de Warhol tenían que permanecer juntas, en vez de ser vendidas por separado.

Esto hacía que fuesen diferentes: la cosa se convertía en una declaración de principios.

Las sopas Campbell parecían reflejar el espíritu de un Estados Unidos nuevo, uno que abrazaba sin prejuicios la cultura del consumo de la nueva década.

Las sopas Campbell parecían reflejar el espíritu de un Estados Unidos nuevo, uno que abrazaba sin prejuicios la cultura del consumo de la nueva década.

Antes de que acabase el año, la obra de Warhol estaba tan de moda, que las celebridades de Manhattan llevaban camisetas con la lata de sopa impresa a los eventos de la alta sociedad.

Ahora la pieza ejerce una importante influencia en las colecciones de las casas de moda de París, Londres, Milán o Nueva York.

En lo que a la industria de moda se refiere, usar de inspiración a Warhol es una declaración de principios que vale la pena hacer.

Pop en el supermercado

En 1962 Warhol se convirtió en uno de los primeros artistas Pop en convertir su trabajo en artículos de moda cuando empezó a imprimir sus diseños sobre vestidos.

"Pero no los comercializó", dice Alistair O’Neill, de la escuela de arte Central St Martin’s en Londres, "sino que se idearon como piezas únicas para las mujeres de la alta sociedad neoyorquina que quisieran llevarlos en las aperturas de galerías de arte".

Llevar puesto uno de los primeros vestidos de sopas Campbell de Warhol era una señal de que pertenecías a un club muy exclusivo... Una irónica reconversión de algo producido en masa.

Esta exclusividad no duró mucho: en 1965 Campbell sacó ventaja de esta nueva moda y produjo el Vestido Sopero, que estaba hecho de papel y costaba tan solo US$1 y dos etiquetas de sopa.

Ahora cuestan aproximadamente US$7.500.

La tendencia de hacer moda a lo Warhol -y después a lo Campbell- tuvo un tremendo impacto en la industria.

Hazel Clark, doctora en la escuela de moda y diseño en Parsons Design, Nueva York, afirma que "el Vestido Sopero estuvo a la vanguardia de la moda barata Pop en vestidos impresos".

Pasados los años de austeridad de la posguerra, cuando la ropa estaba pensada para durar, el vestido también cambió cómo las mujeres empezaron a pensar en sus armarios.

"Cuajó con las ideas progresistas de diseño de hacer productos desechables", dice O’Neil. "La idea de que literalmente podías llevarlo y después deshacerte de él".

La sopa de Campbell continuaría además inspirando a la moda de alta costura, con ejemplos en 1991 de Gianni Versace y Prada en 2014.

El Pop llega a las pasarelas

¿Qué tienen las sopas de Warhol que continúan inspirando al mundo de la moda después de tanto tiempo?

Al diseñador Phillip Colbert se le ocurren algunas explicaciones.

"A la industria de la moda le encanta mirar al arte para encontrar inspiración", afirma. "Pero hacer referencia a Warhol no solo tiene que ver con su obra -sino que es símbolo de una era increíblemente glamurosa".

O’Neill cree que todavía queremos diseños inspirados en Warhol porque el arte Pop comunica algo que reconocemos y entendemos.

Agarra algo tradicional y familiar, presente en la sociedad de consumo, y lo presenta en un contexto de moda de alto standing.

¿Warhol el visionario?

Pero, ¿significa todo esto que Warhol fue el gran y único visionario de la era Pop? No del todo.

Los expertos creen que el pasado publicitario de Warhol le ayudó a idear las latas de sopas Campbell. La obra fue, por lo tanto, algo pensado, y no solo surgió de un momento de inspiración.

Starr Figura, curadora de una exposición con las obras de Warhol en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, afirma que el artista "sabía cómo encontrar aquello nuevo que iba a capturar la atención de la gente".

"Tenía instinto y un gran talento, pero también se había formado", añade.

Independientemente del origen de su inspiración o las razones por las cuales decidió pintar la pieza, hay algo que está fuera de duda: su influencia sigue patente y todavía hay apetito por la ropa estilo Pop.

El último ejemplo: el selfie de la cantante británica Rita Ora con piezas inspiradas en Warhol, que tuvo más de 100.000 "me gusta" en redes.

"Las latas de sopas Campbell todavía nos llegan porque siguen diciendo algo sobre el mundo en el que vivimos ahora", afirma Figura.

"Warhol tuvo ojo para esto, y no se puede evitar ser tocado por ello".

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