Muchos animales deben usar el collar isabelino, también conocido como "cono de la vergüenza", luego de someterse a una operación quirúrgica para así impedir que se laman el lugar intervenido y se produzcan infecciones.

Para ellos no es nada agradable e incluso es molesto al momento de querer comer, jugar o subirse a algún lugar.

Sin embargo, este no fue el caso de Gus, un tierno golden retriever, quien junto a su dueña buscaron la forma de hacer más divertido el uso de este particular collar.

"No era un perro feliz", dijo el Kaitlyn Cotter, dueña de Gus, sobre los primeros días de su mascota con el cono a People. "Fue realmente triste porque no se dio cuenta del ancho del collar y caminaba por las puertas y chocaba". Y agregó: "Él se ha adaptado a eso ahora, pero todavía duda de caminar a través de lugares estrechos",

Como una forma de ayudarlo, Cotter quiso hacer más ameno este inconveniente y decidió customizar el cono de su perro con distintas cosas para darle un sentido más divertido a esta incómoda situación.

"En Halloween, mi amiga Hilary y yo nos divertimos mucho vistiéndolo como un bebé de Ty Beanie, y cuando salimos a dar una vuelta con él por el vecindario, les sacamos una sonrisa a muchas personas", dijo Kaitlyn. "Vi a un perro vestido de martini en Pinterest cuando buscaba una idea para Halloween, así que fue ahí cuando me di cuenta que era el momento de hacer algo con su cono".

En una serie de fotos publicadas por la joven en su cuenta de Instagram, se puede ver al can en diversos disfraces, entre ellos un cono de papas fritas, un traje de astronauta y la lámpara de Pixar.

Según su dueña, a Gus solo le quedan unos pocos días más para andar con el cono antes de que esté completamente curado y una vez más, puede visitar a sus amigos en el parque para perros y caminar por los estrechos pasillos sin miedo.

 

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