El defensa Gonzalo Jara, alejado hoy de la Selección Chilena que disputa la Copa América 2021, es el blanco de una dura acusación que hizo en las últimas horas su ex pareja, Roxana Luengo, quien además lo demandó por el no pago de pensión de alimentos.

En una entrevista a través de Instagram con la periodista Cecilia Gutiérrez, la mujer detalló también la distante relación que el futbolista mantiene con sus hijos.

Me dejó cuando mi guagua tenía un mes y medio… Se fue a México y nunca más volvió. De mi hijo mayor se desentendió y a la guagua la ha visto tres veces en estos dos años”, contó Luengo sobre Gonzalo Jara.

Luengo, quien de profesión es profesora de educación física, reveló que actualmente vive en un departamento propiedad del futbolista, y que el zaguero de Club Tijuana le ha enviado dinero de forma esporádica. “Cada dos meses me manda un poco de dinero”, señaló.

Ante la evidente falta de responsabilidad, la mujer optó por entablar una demanda en contra de Jara. Sin embargo, aunque el tribunal ha intentado contactarse con él a través de correos electrónicos, no hay respuesta del futbolista.

“Le dije ‘por favor mira tu correo porque te están enviando mails para que lleguemos a una mediación’. ‘No, yo no veo mis correos’. A él no le importa, él tiene secretaria. ‘Por favor míralos, porque antes que lleguemos a una demanda tenemos que llegar a una mediación’”, detalló.

“Fueron tres mails que le enviaron y al final contestó que se iba a presentar con su abogado... Y el abogado de la mediación le dijo ‘esto es una mediación, no puede haber un abogado de por medio’. Le dieron fecha, no se presentó y me bloqueó de WhatsApp y ahí no volví a hablar con él”, continuó.

Finalmente, la ex pareja del bicampeón de América con La Roja expuso su dolor al ver “que su padre no vea a su hija y que no aporte económicamente. Yo no quiero lujos, no estoy pidiendo para mí. A mis hijos le han faltado muchas cosas. Lo desconozco totalmente, nunca pensé que fuera una persona sin alma y sin corazón”.

“¿Por qué hago esto? Para que sienta o piense y de alguna manera llegar a él, a su corazón, a su cabeza. Porque los niños no se mantienen con un llamado cada dos semanas, como llama a Lucas. Gracias a Dios tengo a mis papás y a mis amigos que han sido un soporte con mis hijos”, cerró.

 

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