El cineasta francopolaco Roman Polanski, acusado de la violación en 1977 de una niña de 13 años en Los Angeles, dijo sentirse "muy feliz", tras denegar el viernes una corte polaca su extradición a Estados Unidos.

"Obviamente, estoy muy feliz de que este caso se acerque a su fin", declaró el cineasta de 82 años en rueda de prensa.

Este viernes la corte polaca rechazó extraditar al cineasta, al declarar que se trataba de una decisión "inadmisible" de acuerdo con el juez Darius Mazur, en la corte de distrito en la ciudad sureña Crocavia.

Sin embargo, la decisión no es legalmente vinculante, ya que los fiscales puedes ahora apelar el dictamen. Si la corte tomara una decisión legalmente vinculante para aceptar el pedido estadounidense, dependerá del ministro de Justicia decidir si entrega, o no, a Polanski.

Polanski no estuvo presente durante la vista, aunque se encuentra en Cracovia, según confirmó su abogado en Polonia, Jan Olszewski, que explicó que el director prefirió no comparecer hoy ante el tribunal por “razones emocionales”.

El letrado argumentó en su defensa final que la solicitud de EE. UU. tiene defectos legales y recordó que el cineasta ya cumplió una condena de 42 días de prisión en virtud de un acuerdo con un juez de Los Ángeles, después de que se declarase culpable de haber mantenido relaciones sexuales con la menor de 13 años Samantha Geimer. Huyó de Estados Unidos al año siguiente porque pensó que el juez de su caso podría rechazar el acuerdo y encarcelarlo durante años.

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