El grupo estadounidense de rock alternativo Red Hot Chili Peppers vendió su catálogo de álbumes a uno de los gigantes de la gestión de derechos musicales, el británico Hipgnosis, por un estimado de entre 140 y 150 millones de dólares, según informó la revista especializada Billboard.

Contactados el martes por AFP, ni Hipgnosis ni el grupo se pronunciaron al respecto.

El fondo de inversión había obtenido ya los catálogos enteros de la cantante pop colombiana Shakira o del veterano roquero canadiense Neil Young.

Formados en 1983 en la ciudad de Los Ángeles, los Red Hot Chili Peppers recién pudieron saltar a la fama con su quinto álbum de estudio, el "Blood Sugar Sex Magik" de 1991, donde figuran sus más grandes éxitos como los temas "Under The Bridge", "Give It Away" o "Suck My Kiss".

En total, la banda liderada por el cantante Anthony Kiedis y el bajista Flea colocó siete álbumes en el top 10 de ventas en Estados Unidos, incluyendo a "Californication", de 1999, el cual vendió más de 15 millones de copias en el mundo.

Desde su creación y hasta su cotización en la Bolsa de Valores de Londres en 2018, Hipgnosis ha recaudado más de 1.100 millones de libras (1.500 millones de dólares) en sus negocios.

Para financiar la adquisición del catálogo de Red Hot Chili Peppers, el fondo de inversión realizó un aumento de capital, que le permitió recaudar alrededor de 15 millones de dólares, según documentos difundidos por la LSE, la Bolsa londinense.

Creado por el ex gerente de artistas como Elton John o la banda de heavy metal Iron Maiden, Merck Mercuriadis, el fondo ha invertido varios cientos de millones de dólares en derechos musicales y a un ritmo constante.

Ahora tiene bajo su control una serie de clásicos de la música popular, así como los derechos de docenas de éxitos recientes, incluidos "Shape of You" de Ed Sheeran y "Uptown Funk!" de Bruno Mars.

En los últimos años se ha desatado la competencia entre medios de inversión como Hipgnosis, Concord o Primary Wave, con las principales discográficas de la industria musical, como Universal Music.

El apetito de los inversores por los derechos musicales se debe en gran medida al desarrollo del streaming, que ha abierto oportunidades para una industria que buscaba un nuevo modelo desde principios de la década de 2000.

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