Si la voz delata nuestras emociones, ¿servirá su estudio para detectar enfermedades como la depresión o el síndrome de estrés postraumático?

La depresión ha sido calificada como el mal del siglo XXI, especialmente en los países desarrollados.

En Estados Unidos, por ejemplo, en el curso de los últimos 20 años el consumo de antidepresivos aumentó un 400%.

Pero no hay consenso sobre la gravedad de la situación:

  • Un reciente estudio de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins en EE.UU. concluyó que la depresión se diagnostica exageradamente.
  • Del otro lado, expertos como el profesor australiano Ian Hickie consideran que todavía se necesita una mayor conciencia de la depresión como una enfermedad psicológica muy real.

Quizá la tecnología sea capaz de poner orden en este debate.

Los rasgos del habla

Un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) desarrolló un programa informático que puede ayudar a psicólogos y psiquiatras en sus diagnósticos.

"Nos interesamos principalmente en un síntoma que, con el tiempo, los médicos han observado en individuos que sufren de depresión: una voz plana, monótona, sin expresividad", le explica a BBC Mundo Stefan Scherer, principal investigador del proyecto.

"Pensamos que si pudiéramos medir de forma automática esa falta de expresividad en la voz, eso sería un gran avance".

Los psicólogos clínicos realizan una serie de ejercicios de expresión oral para ayudar en su diagnóstico como, por ejemplo, pedirle al paciente que pronuncie una misma vocal por un tiempo prolongado.

"Los individuos que padecen depresión utilizan un espectro más estrecho de vocales que las personas que no sufren la enfermedad", señala Scherer.

"Arrastran el habla, balbucean las vocales, hacen pausas más largas, no ponen el mismo esfuerzo en hablar que aquellos sin depresión.

"La lentitud psicomotriz es uno de los síntomas de depresión e indudablemente esto afecta al habla. La coordinación de músculos para producir el habla es algo bastante complejo", añade.

¿Sustituir a las personas?

El software desarrollado por la USC, llamado SimSensei, permite hacer estos análisis de voz de forma objetiva.

Pero los investigadores se han encontrado con el recelo de la comunidad médica, que se pregunta si se pretende sustituir a psicólogos y psiquiatras por una máquina.

La psicóloga Elvira Bonfá considera que no se debe "ignorar" a los expertos y cambiarlos por un programa informático por el hecho de que haya un exceso de diagnóstico de la depresión.

"Gran parte del problema con el diagnóstico de la depresión es que se trata de una enfermedad muy heterogénea. Tiene causas muy distintas y se expresa de formas muy diferentes", sostiene Bonfá en conversación con BBC Mundo.

Hay dos razones simples y relacionadas entre sí para explicar este sobre-diagnóstico, dice Bonfá:

  • Diagnosticar una enfermedad erróneamente es casi siempre más seguro que no diagnosticarla pero que exista.
  • Eliminar con certeza la posibilidad de cualquier simple diagnóstico requiere más conocimiento y más seguridad que lo contrario.

Una herramienta más

Stefan Scherer asegura que su objetivo no es reemplazar a los psicólogos ni eliminar la terapia.

"Esto es sólo una herramienta que estará disponible para todo el mundo y que servirá como apoyo, esa es la premisa", defiende.

El programa le ofrece al paciente una representación electrónica de un humano que interactúa con él desde la pantalla.

"Queremos crear un entorno en el que los individuos se sientan seguros, donde puedan hablar de todo lo que quieran a la vez que sienten que están en control.

"Los psicólogos pueden traer su propio sesgo a la hora de entrevistar a una persona para hacer un diagnóstico.

"Pueden estar de mejor o peor humor y eso afecta a la conversación, pero la computadora siempre se comportará de la misma forma", sostiene Scherer.

Un ser humano puede captar más matices que una máquina, opina por su parte la psicóloga Bonfá.

"Tenemos una importante formación que precisamente nos permite hacer un análisis integral, no se trata sólo de la dicción o de factores aislados, es algo mucho más complejo", insiste.

Scherer está de acuerdo y por eso insiste en que el trabajo de su grupo está pensado como una herramienta de ayuda.

"Nos acercamos a los expertos y les decimos que les podemos ayudar con mediciones objetivas del comportamiento humano.

"De hecho hemos recibido mucho interés de algunos psicólogos. Simplemente queremos ayudarles a hacer evaluaciones más precisas", concluye.

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