En el mundo entero, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, hay 360 millones de personas que sufren de algún tipo de sordera.

Son 360 millones de personas que todos los días tienen que enfrentarse a la dificultad de comunicarse para sobrevivir. No solo para oír, también para hablar.

Y 10 millones de ellos viven en Brasil, donde el 70% tiene dificultad para entender el portugués.

En Brasil fue donde Ronaldo Tenório, un joven emprendedor digital de 30 años, creyó que podía hacer una diferencia.

En 2012 creó Hand Talk, una aplicación que traduce mensajes en portugués al libra, como es conocido el lenguaje de señas en Brasil.

Y por ese invento se convirtió en estos días en el único latinoamericano escogido por el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como uno de los 35 innovadores menores de 35 años más destacados del mundo.

"Tenorio creó una aplicación móvil que le permite a las personas sordas llevar un intérprete del lenguaje de señas a todas partes", escribió la periodista Julia Sklar en revista MIT Review, que hizo la presentación de los 35 jóvenes escogidos.

Y todo comenzó en 2008, cuando estaba en la universidad y le pidieron en un trabajo académico que desarrollara una idea innovadora.

"Siempre había tenido la idea de crear algo que ayudara a las personas que enfrentaban alguna dificultad", le dijo Tenório a BBC Mundo.

"Fue entonces cuando empecé a investigar y me di cuenta que la verdadera barrera entre sordos y oyentes era que hablaban distintos idiomas. Un problema que se iniciaba dentro de la propia casa, entre padres e hijos", agregó.

Hasta ahora su aplicación, que creó conjuntamente con sus socios Carlos Wanderlan y Thadeu Luz, ha sido descargada por un millón de personas. Y su creador espera que, a medida que sea traducida a otros varios idiomas, pueda ayudar a más personas alrededor del mundo.

Cómo funciona

Cuando uno abre la aplicación de Hand Talk, aparece un divertido muñeco con una amplia sonrisa y una seria disposición a ayudar. Su nombre, Hugo.

"Cuando comenzamos a pensar en la aplicación, nos dimos cuenta que teníamos que crear una especie de avatar o intérprete virtual. Ahí fue donde nació Hugo", relató Tenorio.

Más abajo se puede leer un gráfico que dice: "hable para traducir". Y la persona que quiere comunicarse con otra con discapacidad auditiva sólo tiene que hablar.

E inmediatamente Hugo hace su trabajo: comienza a traducir con señas lo que acaba de escuchar por el teléfono. Y viceversa: traduce el lenguaje de señas en mensajes de texto o de voz.

"El gran valor de esta aplicación es el complejo sistema de expresión de Hugo, que requiere de un detallado trabajo de gráficos y diseños que le han dado buenos resultado", relató Sklar en el MIT Review.

Gracias a esto, Hand Talk se ha ganado varios premios alrededor del continente: Naciones Unidas la escogió como una de las mejores aplicaciones sociales de 2013 y el gobierno de Brasil también la destacó como el proyecto más innovador.

Los retos

Y ya ha comenzado a rendir frutos en la vida de las personas.

Como le ocurrió a Davi Freitas, quien utilizó la aplicación para salvar a una niña de 13 años en la provincia de Alagoas, en el norte de Brasil, que había llegado muy agitada al hospital donde trabajaba.

"No sabían qué le pasaba. La madre le dijo al doctor que no le podía entender porque ella solo hablaba el lenguaje de señas. Así que él utilizó la aplicación y entendió que tenía el peor dolor de cabeza de su vida", relató Tenório.

Después de varios exámenes, Freitas y su equipo lograron llegar a un diagnóstico: un sangrado intracraneal que fue tratado de inmediato.

Ahora, el muñeco Hugo ha recibido críticas por su aspecto, que no puede ser modificado de acuerdo al gusto del cliente.

"Ése es uno de los principales cambios que queremos hacer en las nuevas versiones, que la gente pueda escoger su propio color de piel o apariencia, para que podamos abarcar a mucha más gente en el país", explicó Tenório.

Otra dificultad es el vasto territorio brasileño y la falta de facilidades para adelantar proyectos de este tipo en Brasil, según señala el innovador destacado del MIT.

"Brasil, particularmente, tiene un mercado distinto al de otros países y muchas barreras burocráticas, pero creo firmemente que vamos hacia adelante con este proyecto".

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