Un gran paso ha dado la ciencia para la larga lucha con el acné. A través de un artículo publicado en EurekAlert se dieron a conocer los avances de la investigación de un grupo de científicos de la Universidad de California, Estados Unidos, que está desarrollando una vacuna inédita para erradicar este tipo de imperfecciones cutáneas.

Los encargados del estudio examinaron el ADN de Propionibacterium Acnes (P. Acnes), bacteria que produce el acné. Este microorganismo secreta CAMP, proteína que provoca la destrucción de la célula de la piel y su espoxición a posibles infecciones.

Para desarrollar la vacuna, los científicos extrajeron el gen de la proteína para luego ser puesta sobre plantas de rábano japonés, especies vegetales que poseen naturalmente esta proteína. Esta mezcla fue rociada en la nariz de ratones en un laboratorio y el resultado fue impresionante: se les inflamó, es decir, crearon anticuerpos contra la secreción principal del acné.

El anticuerpo generado fue llevado a pruebas siguientes que ratificaron que es capaz de eliminar la bacteria P. Acnes, lo que sería la base para la creación de la ansiada vacuna que, en caso de ser exitosa, sería la primera hecha con fines terapéuticos.

"Una vez validado por un ensayo clínico a gran escala, el impacto potencial de nuestros hallazgos es enorme para los cientos de millones de personas que sufren de acné vulgar", dijo Chun-Ming Huang, investigador principal del Departamento de Dermatología de la Universidad de California, San Diego.

"Las opciones de tratamiento actuales a menudo no son efectivas ni tolerables para muchos del 85 por ciento de los adolescentes y más de 40 millones de adultos en los Estados Unidos que padecen esta afección inflamatoria cutánea multifactorial. Se necesitan urgentemente terapias nuevas, seguras y eficientes”, agregó.

La terapia sería utilizada tanto para medicamento preventivo como terapéutico, o sea que eventualemente podría eliminar las espinillas, erupciones y puntos blancos en la piel. Tras este paso, entonces, se espera iniciar las pruebas con humanos y aprobar su venta en aproximadamente dos años. 

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