Ambos equipos igualaron sin goles en el tiempo regular, sin embargo, en los penales la balanza se desequilibró en favor de los ingleses.
En un partido que adoleció de grandes emociones, Inglaterra consiguió imponer su jerarquía para derrotar, desde los doce pasos, a Suiza.
Más allá de algunas ocasiones puntuales, ambos equipos no generaron demasiadas acciones en las porterías rivales.
Así, después de 120 minutos de juego, las dos selecciones concluyeron el partido sin poder abrir el marcador.
De este modo, el encuentro tuvo que decidirse a través de los lanzamientos de penal. En esa instancia, los ingleses se volvieron grandes y se quedaron con el tercer puesto, al vencer por 6-5 en la definición al conjunto suizo.
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