Ámbar Figueroa de 11 años vive en Playa Ancha junto a su familia y desde que tiene uso de razón ha tenido contacto con el balón de fútbol. Una pequeña que, literalmente, no se achica con nadie.
La menor fue entrenada en un inicio por su padre, en el patio de su casa, y luego comenzó a ser parte de las divisiones menores de Santiago Wandereres, cuadro que anteriormente seguía partido a partido desde la gradería como un hincha más.
Hoy, su presente es completamente distinto, puesto que a su corta edad ha logrado sobresalir entre las jugadoras de su generación y gracias a su talento ha sido promovida a divisiones de mayor edad.
Por ejemplo, con los Panzers juega en la Sub 17 y aún así sigue siendo una de las mejores jugadoras sin importar la diferencia de edad o estatura.
Una deportista de buen traslado del balón que ya se ilusiona con llegar a la Selección Chilena. Por eso es que comentó en conversación con el diario La Cuarta que ahora espera que la llamen ya que "hicieron pruebas en la Sub 15 y me invitaron. Me dejaron junto a otras niñas en la preselección, tengo que ir en agosto para saber la respuesta y representar a Chile", relató.
Ámbar, que lleva en su espalda el apellido de uno de los más grandes jugadores de la historia de Chile, tal como lo es Elías Figueroa, tiene las metas puestas en el futuro: quiere participar con La Roja en una Copa del Mundo y en lo personal, seguir mejorando y sumando nuevas experiencias.
Bajo esta línea, manifiesta que su sueño es "salir campeona en Wanderers en la Sub 17, después irme a un club como la “U” o Colo Colo, salir al extranjero, llegar a la selección chilena y, no sé, ganar un mundial. Ahora, cuando estaba el mundial femenino yo miraba la tele y pensaba con harta fe que yo tengo que estar ahí, jugar con la ‘Tianne’ Endler y sus jugadoras".
