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Perfil: Esteban Valenzuela, el ministro que dijo "el imbécil fui yo" y sus giros políticos

Perfil: Esteban Valenzuela, el ministro que dijo "el imbécil fui yo" y sus giros políticos
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Esteban Valenzuela, ministro de Agricultura, concentró la atención de los medios y del mundo político al pedir, el lunes, en el contexto del paro de camioneros, que los movilizados “se descuelguen de la imbecilidad que está afectando al país”. Camila Vallejo tomó distancia del tono de su compañero de gabinete, mientras la oposición lo acusó de apagar un incendio con bencina. El ministro al día siguiente reconoció el error: “La verdad es que el imbécil fui yo”. A continuación el salto a la política de quien fuera una joven promesa literaria.

Regionalista y literato. Criado en Rancagua, en una familia de seis hermanos, cuyos padres eran democratacristianos, desde adolescente forjó un posición apasionada por el regionalismo. Tres de sus hermanos siguieron los pasos falangistas de la familia; los otros tres, incluido Esteban, viraron a la izquierda, al MAPU, que vivía sus épocas finales.

Un rasgo poco conocido del actual ministro es su veta literaria. Fue alumno mediano en ramos científicos, pero destacaba en Historia y Castellano. A los 16 años ganó un concurso sobre historia del comercio, la industria y la agricultura del valle Cachapoal.

Más resonante aún fue el segundo lugar que obtuvo en un concurso de novela joven organizado por la Editorial Los Andes en 1992. Su libro Pichilemu Blues compartió honores con 60 kilómetros, de Francisco Ortega.

Las Últimas Noticias escribió: “Valenzuela tiene 29 años, estudió Periodismo y Ciencias Políticas en la Universidad Católica, y actualmente es alcalde de Rancagua. Su obra se ambienta en el balneario de Pichilemu en el convulsionado verano de 1973, y narra la historia de un grupo de lolos menores de 15 años recién enfrentados a las experiencias del amor, del deseo y de la política”.

Francisco Ortega, hoy un reconocido escritor, autor de best sellers como Logia (2014), lo recuerda así: “A mí me gustó mucho el libro de Esteban, es una historia romántica muy de adolescente, muy de crecimiento. Me acuerdo que me dio pena, casi me dejó llorando, tiene momentos muy emocionantes”.

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Ortega lamenta que Valenzuela no haya seguido en la ficción: “Lo curioso es que el premio lo ganó Antonio Gil, que no era joven. En el jurado estaban Juan Andrés Piña, Alberto Fuguet, Fernando Alegría… tremendo jurado. Cuando yo me junté con Juan Andrés y con Fuguet, sus favoritas eran Pichilemu Blues y 60 kilómetros. Pero parece que la deliberación del jurado fue diferente”.

Zigzag político. Valenzuela, que tiene una veta cristiana muy fuerte, fue uno de los acaldes más jóvenes del país. “No quiero caer en el Evangelio Según Valenzuela, pero siempre estuve entre los mejores alcaldes, con 80% de aprobación. Yo y Lavín”, asegura. No quiso ir la reelección y en cambio se fue a la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos, entre 1996 y 1998.

He tenido una trayectoria política itinerante, pero él dice: “No he estado en tantos partidos. Estuve en el MAPU del 82 al 90, cuando se acabó. Y luego en el PPD hasta el 2006. Fui de los fundadores, el militante número 4. Pasé 20 años en el PPD y me fui a Chile Primero, cuando era una alternativa a la Concertación y la derecha. Pero cuando deciden apoyar a Piñera yo me declaro independiente. Y apoyé la candidatura de MEO”.

Quien lo conoció en esos años fue Jorge Schaulsohn: “Teo es un tipo serio; fue fundador del PPD y de Chile Primero, pero no aceptó apoyar a Piñera. Es un izquierdista regionalista. Fue un muy buen alcalde de Rancagua, yo tengo el mejor concepto de él. Sé que ha hecho muchas consultorías internacionales”.

Polémico debut. Hoy Valenzuela milita en la Federación Regionalista Verde, que integra Apruebo Dignidad. Como tal fue nombrado ministro de Agricultura por Boric, pero su llegada al gabinete estuvo lejos de ser auspiciosa. Se difundió un video de 2020 en el que aparecía en un camino rural enfrentandose a un cuidador que no lo dejaba pasar.

“¡Soy exalcalde de Rancagua… te voy a meter preso, weón. Y toda tu familia se va a ir a la conch…”, amenaza Valenzuela, según la querella presentada por Nicolás del Río Silva, dueño de la sociedad Agrícola Tralcán SpA, que aseguraba que el ex edil estaba bajo los efectos del alcohol, lo que no pudo comprobarse.

“Yo me reuní con el empresario del Río y llegamos a un acuerdo y no presentó la. querella por invasión de morada”, dice hoy Valenzuela, quien asegura que estaba en la zona para confirmar denuncias de tala de bosque nativo. ¿Fue un acuerdo monetario? “No. Fue una disculpa pública. Y se aclaró que un funcionario de la empresa no me prestó ayuda cuando mi auto estaba enterrado en el barro. No me voy a referir al caso específico. Pero lo único concreto es que la Contraloría dictaminó que no se podía sustituir bosque nativo por plantaciones. Presentaron recurso de apelación en la Corte Suprema, y la Corte Suprema le dio la razón a la Contraloría”.

Orgullo académico. Valenzuela, que tiene maestrías en ciencias políticas y gestión pública, y un doctorado en historia contemporánea, dice que ha dejado de escribir ficción, pero que sigue escribiendo. Y mucho. “Basta que mires en google el informe Cambridge, que divide a los intelectuales en dos categorías: los de Ciencias Exactas y los de Ciencias Humanas y Sociales. Estoy entre los 50 académicos de Chile con 20 publicaciones en el lugar 31 o 32. He sacado 25 libros y 60 artículo académicos”.

El cientista político Kenneth Bunker comenta: “Para medir el éxito académico en término de publicaciones hay un índice estándar. Uno de ellos es el índice H, que mide por ejemplo el número de publicaciones que tú tienes en relación al número de personas que te citan en un determinado número de años. Y aquí Esteban Valenzuela tiene un índice H de cinco, que no es excesivamente alto. Puedo pensar en varias personas que tienen índice H mucho más alto que él, que son cientistas sociales”.

Agrega Bunker: “Importa también la calidad de lo que estás publicando; publicar en alguna revista es mucho más fácil que publicar en otras. Yo no veo aquí dentro de las revistas en que él aparece, ninguna que sea reconocida. Ahora bien, es de un área que es distinta, entonces puede ser que haya algo interesante, pero yo no veo tanta, tanta referencia”.

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