En un acto marcado de simbolismo, Estados Unidos y Cuba reiniciaron sus relaciones diplomáticas con la apertura de la embajada cubana en suelo estadounidense, poniendo fin a 54 años de hostilidades. Y con un hecho curioso: la bandera que ahora luce en la sala de la sede diplomática es la misma que mandó a bajar el Presidente Dwight Eisenhower en 1961.
Sin embargo, para el canciller cubano, Bruno Rodriguez, este paso sólo da inicio a un nuevo desafío en el mejoramiento de las relaciones: terminar con el embargo económico, comercial y financiero impuesto a isla en 1962, y que se endureció en 1992.
"No se confundan, el proceso a la normalización completa de las relaciones (...) será largo y complejo. En el camino habrá tropiezos y momentos de frustración. Será necesario tener paciencia. Todo eso es razón suficiente para empezar", dijo el secretario de Estado John Kerry en la conferencia de prensa que ofreció este lunes desde Washigton junto a Rodríguez.
Por eso Rodríguez urgió a avanzar hacia el fin del bloqueo, pero finalmente es el Congreso de Estados Unidos el que puede derogar el embargo. De acuerdo con cifras entregadas por el gobierno cubano, son más de US$ 116.880 millones los que le cuesta a la isla el embargo.
Otro de los temas pendientes para Cuba es la devolución de la isla de Guantánamo. La controvertida base naval se encuentra bajo control de Estados Unidos desde un tratado de arrendamiento que comenzó en 1903.
Sin embargo, John Kerry negó cualquier modificación al estado de la isla. Estados Unidos "no tiene intención de alterar" el contrato de arrendamiento con el gobierno cubano de Guantánamo. "No es parte de las discusiones por nuestra parte", remarcó Kerry.
