En septiembre de 2015 la imagen de la reportera húngara, Petra Lászlo, haciéndoles una zancadilla a unos refugiados que huían de la policía e intentaban entrar a Hungría por la frontera con Serbia, recorrió las redes sociales y medios del mundo.
A raíz de eso, y a un un año del incidente, Lászlo fue acusada de vandalismo, un delito penado con hasta cinco años de prisión.
"El comportamiento violento de la acusada, que no causó heridas, provocó consternación en las personas que estaban presentes", aseguró la Fiscalía de la provincia de Csongrad.
Eso sí, la acusación no logró demostrar que el motivo de la agresión de la periodista fuera "el origen de las víctimas o que se trataba de inmigrantes".
Petra Lászlo trabajaba hasta entonces en la cadena de televisión N1, cercana a la extrema derecha húngara, pero fue despedida pese a que pidió perdón por sus actos.
Luego de eso, Lászlo declaró a un medio ruso que no podía encontrar trabajo.
En el video, los refugiados sirios que se veían eran Osama Abdul Mohsen, quien llevaba en sus brazos a su hijo Zaid. Luego del bullado caso, se instalaron en España, donde el padre fue contratado por una escuela de entrenadores de fútbol.
Este caso sucedió antes de que Hungría cerrase su frontera con Serbia y cuando diariamente entraban al país miles de refugiados.
