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El desigual seguimiento de la huelga general convocada por la oposición en Venezuela

El desigual seguimiento de la huelga general convocada por la oposición en Venezuela
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Aunque las calles de las principales ciudades del país estuvieron más tranquilas de lo habitual, sectores como el transporte público, la educación y la banca trabajaron con normalidad.

Avenidas llenas el miércoles, calles vacías el viernes: la estrategia de movilización de la oposición venezolana contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro mostró un resultado mixto.

Eso, por el desigual seguimiento que tuvo el llamamiento a una huelga general de 12 horas este viernes.

La convocatoria era parte de un calendario de actividades organizadas para presionar al gobierno a desbloquear el referendo revocatorio a Maduro, que fue suspendido de forma indefinida la semana pasada por el Consejo Nacional Electoral.

La protesta no logró vaciar las calles de Caracas como si fuera un domingo, pero tampoco se vio la actividad frenética de un día laboral normal en la capital venezolana, caracterizada cada vez más por sus kilométricos atascos de tráfico.

En la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, las aulas estuvieron vacías.
En la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, las aulas estuvieron vacías.

La convocatoria fue hecha el miércoles pasado durante la celebración de una multitudinaria movilización, denominada como "La toma de Venezuela", en la que centenares de miles de venezolanos salieron a las calles y avenidas de las principales ciudades del país para exigir la realización del revocatorio.

Y si el secretario general de la Mesa de la Unidad, Jesús Torrealba, habló de dejar las calles del país "desiertas", los resultados han sido muy diversos, según las zonas de las ciudades y los sectores de la economía implicados.

"Aunque al comienzo de la mañana el seguimiento parecía mayor, al final resultó bastante desigual en Caracas. En el este de la capital, bastión opositor, la mayoría de negocios estaba abiertos, exceptuando alguna oficina bancaria. También se vieron las habituales colas en supermercados y panaderías para comprar los productos a precios regulado", dijo el corresponsal de BBC Mundo en Caracas, Daniel García Marco.

"El gobierno dijo que fue un fracaso y la oposición, que parecía domingo. Ni una cosa ni la otra, por lo que pude ver. En el oeste del país hay reportes que informan de un seguimiento mayor. El centro de Caracas, territorio más afín al oficialismo, la actividad era normal", agregó.

Calles más tranquilas

Más allá de la capital venezolana, las calles de muchas otras ciudades como Maracaibo o San Cristóbal estuvieron más tranquilas de lo usual, pese a que el transporte público, los bancos y los colegios operaron con normalidad.

El tránsito de vehículos en hora punta estuvo más ligero de lo usual.
El tránsito de vehículos en hora punta estuvo más ligero de lo usual.

Maduro destacó el funcionamiento normal de estos sectores, así como de la petrolera estatal PDVSA y de las industrias básicas que operan al sur del país, para afirmar que la convocatoria había fracasado.

La MUD, por su parte, divulgó a través de su cuenta de Twitter numerosas fotografías y videos que mostraban calles desoladas y autopistas con tráfico muy ligero para señalar que la huelga había sido un éxito.

Amenazas y necesidad

Al conocer sobre la convocatoria opositora, Maduro anunció que el gobierno asumiría el control de las empresas que cerraran para sumarse a la huelga y anunció que realizarían inspecciones a más de 700 compañías.

En los lugares que venden productos básicos se apreciaban las colas de siempre.
En los lugares que venden productos básicos se apreciaban las colas de siempre.

Más allá del miedo a sanciones gubernamentales, para muchos venezolanos la decisión de dejar de trabajar por un día es difícil de asumir.

"Están todos abiertos, no voy a cerrar yo", dijo Arturo, encargado de una licorería, a BBC Mundo. "Esto igual no sirve para nada. O se hacen las cosas o no se hacen. Hay que tener más valentía", exigió a los dirigentes opositores.

Ramón, un taxista, no notó menos trabajo del habitual. "Cómo se les ocurre hacer una huelga en viernes y en final de quincena (día en el que los venezolanos cobran su sueldo)", reprochó mientras empleados del centro de negocios cercano salían a almorzar.

Para otros, la posibilidad de dejar de trabajar aunque sea un día no es una opción.

"Yo si me quedo en casa hoy, no llevo nada a casa", dijo Ramón, un trabajador independiente y por lo tanto obligado a trabajar para ganar algo de dinero.

Más allá de la simpatía hacia la oposición, la crisis económica obliga a que muchas personas no se puedan permitir no ir a trabajar y quedarse en casa.

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