En medio de la polémica que se ha instaurado con la discusión acerca del futuro de la educación en Chile, una nueva arista se abre con lo que parece ser el fin de los colegios solo para hombres o solo para mujeres.
En Chile, menos del 7% de los colegios eran exclusivos para un solo género en 2007, mientras que en el año 2015, la cifra ha disminuido al 3,8% de acuerdo al Mineduc, o sea, 471 establecimientos.
El modelo educativo, representa para algunos un sistema que viene del pasado. Al interior del Mineduc se señala que hay un consenso general en las ventajas en que tanto niños como niñas estudien juntos, ya que aumenta el respeto entre ambos y disminuiría las practicas machistas.
Y es en el marco de esto que la carta enviada por Marina Ascencio, una niña de 11 años, el 28 de julio y dirigida a la Presidenta Michelle Bachelet, a la alcaldesa Carolina Tohá y al rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, cobra relevancia.
En la misiva, publicada por La Tercera, la niña de sexto básico instó a las autoridades a que la dejen ingresar al Instituto Nacional, lugar en el que estudió su padre. La menor recalca a lo largo de la carta "lo injusto que le parece que el establecimiento sea solo de varones", argumentando que Fray Camilo Henríquez, uno de los fundadores del Instituto buscaba “dar a la Patria ciudadanos que la defiendan, la dirija, la hagan florecer y le den honor”, lo que no se puede cumplir, ya que solo se le permite acceso a la mitad de las personas.
A su parecer, establecimientos que educan a un solo género no contribuyen a una educación igualitaria para hombres y mujeres, pero de realizarse la modificación, se permitiría avanzar en la igualdad de género. La niña, cierra su misiva enumerando a una serie de mujeres que han contribuido al país y al mundo, como Gabriela Mistral, Violeta Parra, Eloísa Díaz (primera mujer en estudiar medicina en Chile), Elena Caffarena y la misma Presidenta Michelle Bachelet.
Fernando Soto, Rector del Instituto Nacional, se refirió a los cuestionamientos que se han realizado al modelo educativo segregado por sexo e indicó que “el Instituto deberá enfrentar en cl corto plazo” la reflexión acerca del futuro del sistema.
Señaló además, que de generarse el cambio a la estructura con la que funciona el Instituto, se debería realizar una revisión del proyecto educativo, un estudio de ingeniería para poder adaptar la infraestructura, un estudio a las inversiones que ello demandaría al sostenedor municipal y al Ministerio de Educación, una preparación de los docentes y funcionarios, entre otras cosas.
