A mediados de octubre, el senador Alejandro Guillier convocó a una reunión de un estrecho grupo de colaboradores, entre los que estaban el ex ministro PPD, Sergio Bitar, y los senadores Guido Girardi (PPD) y el socialista Carlos Montes. La idea de abanderado presidencial, según transmitió en privado a cada uno por separado, era formar una tríada de poder horizontal que se hiciera cargo de la segunda vuelta. Los tres convocados se reunieron varias veces con el candidato durante las últimas semanas de octubre. Pero a poco andar, el sistema ideado por el abanderado no funcionó y hace dos semanas tuvo su primera baja: el senador Montes le comunicó a Guillier que no estaba disponible para trabajar en una campaña sin una “línea política y programática” definida. Según quienes conocieron a la decisión de Montes, dicen que le irritó la “ambigüedad” con que se expresa el abanderado. Otros reconocen también que hubo una discusión de fondo: existe una tensión entre quienes creen que Guillier debiera considerar más a los sectores afínes a la extinta Concertación y la DC, mientras que su equipo más íntimo, dirigido por el PPD Enrique Soler, son de una línea más dura y que mira hacia la izquierda. En este diseño entra Juan Andrés Lagos, jefe de comunicaciones del comando, y alto dirigente comunista.
En este plano aparece Sergio Bitar quien asumirá rol protagónico en la eventual segunda vuelta, donde se convertirá en el puente precisamente con el mundo “concertacionista”. Pero, dicen en el comando, no será el generalísimo. Girardi, en tanto, consiguió apropiarse de la confección de la franja televisiva del balotaje, con lo que el publicista Juan Enrique Forch, sería desplazado de dichas funciones. El senador PPD jugará un rol clave para captar a una electorado más de izquierda, e incluso para tender lazos con el Frente Amplio.
