Preocupados por la propagación del Coronavirus en nuestro país, un grupo de científicos ligados a distintos planteles académicos se reunieron para un ambicioso proyecto: comprobar si la contaminación del aire puede aumentar la mortalidad por Coronavirus en Chile.
Lo primero que hizo el grupo de especialistas -integrado entre otros por los académicos Francisco Cereceda y Michael Seeger, ambos académicos de la Universidad Santa María, y Luis Alfonso Díaz, experto en modelación de la calidad del aire y evaluación de riesgos en salud y académico de la Universidad de Santiago- fue reunir información sobre lo que ha sucedido en el país en otras contingencias sanitarias que comenzaron en otras latitudes. Con esos resultados en la mano, proyectan el escenario que se avecina, específicamente con la llegada del invierno y la contaminación del aire en tiempos de pandemia, poniendo énfasis en las dificultades que se van a generar en la zona sur del país.
“En la actualidad existe la evidencia científica suficiente para afirmar que los contaminantes suspendidos en el aire pueden penetrar el sistema cardiorespiratorio y generar graves enfermedades agudas y crónicas, incluso muertes prematuras y cáncer”, afirma Francisco Cereceda.
A juicio de los científicos, las medidas de “aislamiento social” y cuarentenas generarán que las personas permanezcan mucho más tiempo en lugares cerrados con mala ventilación y con necesidad incluso de mayor calefacción, lo que sumado a los problemas económicos producto de la crisis, producirá, según los expertos, una tendencia natural al uso de combustibles más baratos y más tóxicos. “Esto adquiere una relevancia mayor en las ciudades del sur de Chile, donde la mala combustión de leña es ya un problema endémico, por lo que el Gobierno deberá acelerar planes de descontaminación para enfrentar el problema”, sentencian los académicos.
Graves Efectos
En el informe que prepara este team científico hay referencias dramáticas, como información que recogieron desde el Ministerio del Medio Ambiente, que señala que en Chile mueren cerca de 4 mil personas al año debido a la exposición a la contaminación del aire, con importantes diferencias en casos de mortalidad y morbilidad de acuerdo a la situación socioeconómica, geográfica y demográfica que enfrentan.
DIchas cifras comprueban que quienes viven en contextos más vulnerables, con bajos índices de calidad de vida, están más expuestas a cualquier tipo de virus, incluido el coronavirus. Porque como explica Cereceda, la quema de madera genera partículas finas que “el Covid 19 usa como vehículo para transportarse y provocar nuevos contagios”. Además, según él, esto es de especial cuidado en zonas como Temuco, donde las personas acostumbradas a la quema, tienen mayor predisposición a sufrir enfermedades broncopulmonares, por lo que en esta contingencia están más proclives a “agarrarse el bicho”.
Todos estos factores, en opinión de estos científicos, confabulan para que haya mayor incidencia del coronavirus, porque encuentra un ambiente propicio para prolongar su vida y su propagación. Por lo mismo, en mayo próximo liderarán una campaña de monitoreo de contaminación atmosférica en Santiago y Temuco, que contará con la colaboración de especialistas internacionales, y que permitirá dilucidar si efectivamente el material particulado atmosférico puede ser un vehículo de propagación para el Covid 19 y aumentar sus niveles de mortalidad, y que podría servir de guía para las decisiones que las autoridades deberán concretar en materias de salud y medioambiente en los próximos meses.
