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Mujeres Bacanas: Trisha Brown, la bailarina libre

Mujeres Bacanas: Trisha Brown, la bailarina libre
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Esta coreógrafa estadounidense, después de dominar todas las formas de danzas más tradicionales, se propuso romper el molde y crear un lenguaje nuevo.

Fue una revolucionaria de la danza, eliminando las técnicas académicas o rígidas, y dejando al cuerpo más libre, con movimientos cotidianos, visión artística, pies descalzos y un acercamiento posmodernista y democrático de las coreografías. Thrisha Brown fue una coreógrafa fundamental de la segunda mitad del siglo XX, que inyectó cabeza a los movimientos sensuales del cuerpo.

Nació en el estado de Washington, y desde joven comenzó a entrenarse como bailarina, yendo a clases con coreógrafos y luego estudiando ballet y técnicas clásicas. Pero Trisha Brown, habiendo dominado las formas de danzas más tradicionales, estaba destinada a romper el molde y crear un lenguaje nuevo, denominado danza posmodernista.

En los años 60 se instaló en Nueva York y fundó la compañía Judson Dance Theater, y años después, la que llevaría su propio nombre. Comenzó a trabajar con la improvisación, pero una que también pudiera ser copiada y repetida: sin mallas ni grandes teatralidades, sus montajes eran a pies descalzos, en lugares públicos y sin música: sólo el cuerpo y su movimiento. Brown despojó al baile de técnicas estrictas y pasos rígidos, y lo llenó de fluidez, al mismo tiempo que proponía una corriente casi intelectual para la danza, llamándola democrática y donde todos podían entrar y eran bienvenidos. Sus montajes se hicieron famosos, como Caminando por la pared, donde se suspendía a los bailarines con cables, lo que hacía que el público tuviera la ilusión de estarlos mirando desde las alturas, o Pieza en el techo, donde bailarines vestidos de rojo se movían en techos en Soho.

Trisha Brown estuvo siempre innovando y explorando formas; una vez cimentada su fama en Estados Unidos en los 70, en los 80 comenzó a trabajar por primera vez con música y escenarios formales. Ahí su renombre se hizo internacional con la pieza Set and Reset, que contaba con la música de Laurie Anderson y la escenografía de Robert Rauschenberg. En los 90 también exploró ponerle danzas a música clásica, como Bach o Schubert. Su dueto de 1995 con Mikahel Baryshnikov,  llamado You can see us, los presentaba a el mirando a la audiencia, a ella de espaldas; las dos estrellas de la danza fueron estrechos colaboradores.

“Siempre estoy tratando de empujar hacia delante y fuera de los límites de lo que conozco. Estoy tratando de expandir mi vocabulario de movimiento, y trato de mantenerme abierta al impulso y el accidente. No quiero nunca hacer simplemente un producto fijo y automático”, contó en una entrevista. En 2011 anunció que haría su última pieza como coreógrafa y murió el 18 de marzo de 2017 después de una larga enfermedad.

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