Vigorexia, cuando el ejercicio se vuelve poco sano
Vigorexia, cuando el ejercicio se vuelve poco sano - Freepik
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La dismorfia muscular, también conocida como vigorexia o complejo de Adonis, es un trastorno psicológico que se caracteriza por una preocupación extrema por el tamaño y la definición muscular del cuerpo. Las personas que padecen esta condición sienten que no tienen suficiente masa muscular, lo que los impulsa a realizar entrenamientos intensos y consumir suplementos para aumentar su volumen muscular.
Aunque la dismorfia muscular afecta tanto a hombres como a mujeres, es un trastorno que, según Mayo Clinic, "ocurre casi exclusivamente en hombres". Esta condición es parte de los trastornos dismórficos corporales, un grupo de trastornos en los que las personas tienen una obsesión con "defectos" percibidos en su apariencia, incluso cuando estos son mínimos o inexistentes para los demás. Las personas afectadas pueden experimentar ansiedad social y evitar situaciones por temor a ser juzgadas debido a su imagen corporal.
Preocupación creciente en hombres adolescentes
Un estudio reciente ha revelado un aumento significativo en la prevalencia de la dismorfia muscular entre los adolescentes varones. Según el Journal of Adolescent Health, entre los jóvenes de 16 a 25 años, el 25% de los hombres manifestó preocupación por no tener suficiente masa muscular, y el 11% reconoció el uso de productos como creatina o esteroides anabólicos para desarrollar músculo.
Adicionalmente, la investigación publicada en la revista PLOS Mental Health ha mostrado que el consumo de suplementos para aumentar la masa muscular puede incrementar el riesgo de desarrollar dismorfia muscular, especialmente en adolescentes que usan productos para ganar peso o volumen.
La dismorfia muscular es una variante del trastorno dismórfico corporal (TDC), que implica una preocupación obsesiva por no tener el cuerpo lo suficientemente musculoso o delgado, aunque no haya base real para esta percepción. Según un estudio de 2025 en la Revista de la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente, aproximadamente el 1% de los jóvenes entre 5 y 19 años sufre de TDC, siendo más prevalente entre los adolescentes (1.9%) que entre los niños (0.1%).
Síntomas asociados a la vigorexia
Los síntomas de la dismorfia muscular incluyen una obsesión por el levantamiento de pesas y el entrenamiento excesivo, que a menudo se lleva a cabo incluso cuando hay lesiones. Las personas afectadas pueden experimentar angustia y ansiedad por no poder entrenar, realizarse comparaciones constantes con otros cuerpos musculosos, y desarrollar trastornos alimentarios o usar suplementos proteicos en exceso. Además, el abuso de esteroides y otras sustancias para aumentar el tamaño muscular es frecuente.
Los individuos con dismorfia muscular suelen experimentar:
- Entrenamiento excesivo para aumentar la masa muscular
- Ansiedad por no poder asistir a entrenamientos programados
- Comparaciones compulsivas con otros cuerpos
- Uso de suplementos y esteroides para mejorar el rendimiento
- Angustia y cambios de humor por la apariencia física
Al igual que otros trastornos, el diagnóstico de la vigorexia requiere de la visita a un profesional de la salud. En el caso de la dismorfia muscular, no se trata de un trastorno estricta y únicamente alimentario, por lo que además de profesionales como nutriólogos o nutricionistas, se recomienda una evaluación psicológica profunda.
Según el psicólogo Fernando Marchant, "La meta es ayudar a cambiar la forma de relacionarse con el cuerpo, superando la preocupación patológica, cambiando formas de pensar, ayudando a resignificar un auto concepto favorable de sí mismo, con emociones y sentimientos favorables”.
Además es importante recordar que el ejercicio, en general, es un factor positivo para la vida de las personas, sin embargo, es la obsesión y la mala relación con el movimiento, lo que puede llegar a convertirse en un problema.

