Pasando las páginas de un álbum de fotos de su niñez, Aman, una niña de 10 años que vive en la localidad británica de Birmingham, dice que no recuerda nada.

Pero es un asunto más preocupante que reconocer el propio rostro en imágenes del pasado.

"Recuerdo que hoy me levanté y después de eso, nada más", cuenta Aman cuando le preguntan qué ha pasado en su día.

La niña sufre de pérdida de memoria severa, después de que tuvo un accidente de auto en India en 2015. Y su desarrollo quedó pendiendo de un hilo? hasta que llego en su auxilio la tecnología.

"Del accidente no recordamos nada. Lo primero que viene a mi memoria fue despertarme en el hospital al que nos llevaron y que el doctor me dijera que Aman 'no iba a sobrevivir'", contó Rupina, la madre de la niña.

El accidente le había causado un daño cerebral y había perdido de repente todos sus recuerdos, y hasta la noción de quién era.

A partir de ese momento, dice la madre, fue como tener a un recién nacido en casa.

"Aman tuvo casi que volver a aprender a comer, a caminar, a hablar. El diagnóstico fue pérdida severa de la memoria".

El cuadro médico era además, de acuerdo al diagnóstico, bastante comprometedor para su futuro: sin esa capacidad de recordar, también tendría problemas para hacer amigos. Para mantener una relación.

Y eso podría llevarla por el camino de la depresión y otras enfermedades mentales.

Fue entonces cuando apareció Haiyan Zhang, la directora de Innovación de Microsoft Research. Convocada por el programa de la BBC "Big Life Fix", la experta comenzó a pensar una solución para ayudar a la niña.

A largo plazo

Pero desde el accidente hasta la solución hubo un largo camino.

La mayor preocupación inmediata de la familia era qué hacer con la educación de Aman.

Antes del accidente, Aman era considerada una buena estudiante. Ahora, a duras penas puede recordar la última instrucción que le dio su profesora para hacer la tarea.

"Por ahora yo le ayudo con casi todo, en el colegio tiene un tutor permanente. Pero incluso para el más insignificante de los trabajos (cuando sea adulta) va a necesitar algo de memoria", expresó su madre.

Cuando se puso al frente de la cruzada de mejorarle la vida a la Aman, Zhang visitó a la niña en su casa. Habló con ella, la acompañó al colegio y más tarde compartió un rato con la familia completa.

"Ahí me di cuenta que no había que buscar una solución, sino dos. La primera, algo que le ayudara a recuperar los recuerdos de su niñez", explicó Zhang.

"Y la segunda, una que le permitiese recordar las cosas nuevas que aprende en clase".

Las soluciones

Después de varios días de trabajo, Zhang logró crear dos aplicaciones personalizadas que son incorporadas en una tableta que Aman lleva a todas partes.

"La primera aplicación es para ayudarla en el colegio. Mientras la maestra habla, la aplicación transcribe lo que va diciendo y lo proyecta en la pantalla", explicó la ingeniera.

"Y si quiere volver a escuchar lo que dijo la profesora, solo tiene que hacer click en la pantalla sobre el párrafo que ella quiere oír", agregó.

La segunda solución tenía que ver con algo más profundo: su identidad.

"Lo que comenzamos a hacer es que los familiares compartieran fotos junto a ella, de cuando era más pequeña, con mensajes grabados de lo que ocurrió en ese momento retratado", explicó Zhang.

Es decir, que cada vez que ella viera una foto, ésta viniera con el relato de esos instantes del pasado, lo que le ayudaría a Aman a revivir ese momento o, al menos, a tener un registro y no olvidarlo.

Y al preguntarle a Amán si ambas aplicaciones funcionaban, su respuesta conmovió a todos:

"Sí, ahora recuerdo varias cosas", reveló la niña.

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