Cada mañana, con su té, su tostada y sus vitaminas, Simpa se toma una "microdosis" de LSD.

Sobre la mesa de su casa en Durham, Inglaterra, Simpa le enseñó a los periodistas del programa Victoria Derbyshire de la BBC un papel con ácido que él mismo cortó en unos 10 trozos.

La papeleta entera sería suficiente para un viaje, dice, pero ese día sólo consume una pequeña dosis del ácido, como parte de su rutina diaria.

Simpa forma parte de una pequeña comunidad de personas en Reino Unido que toman cotidianamente pequeñas dosis de drogas psicodélicas o "microdosis".

¿Por qué?

Algunas personas dicen que utilizan la "microdosificación" simplemente para "mejorar su día", otras para realzar su creatividad y un tercer grupo declara hacerlo de manera terapéutica, argumentando que ayuda a lidiar con problemas de salud mental.

Pero no no existen estudios científicos sobre los efectos que estas microdosis regulares pueden tener para la salud.

El LSD y las setas mágicas, ambas alucinógenas, son las drogas más utilizadas para la microdosificación. En Reino Unido estas drogas tienen una clasificación legal de clase A, la más severa de acuerdo a los daños potenciales que su abuso puede causar para el usuario y la sociedad.

Su posesión, producción y venta está prohibida y las penas relacionadas alcanzan hasta los siete años en prisión.

Pero eso no tiene un gran efecto disuasorio sobre usuarios como Dylan.

Igual que Simpa, Dylan sigue a diario su pequeño ritual de microdosificación, pero con setas mágicas: cada mañana pesa una pequeñísima cantidad y la ingiere con una taza de té.

Dylan dice que con su consumo en cantidades mínimas "no le hace daño a nadie ni va creando un rastro de devastación".

De hecho tiene un puesto de trabajo muy corriente y respetable. Sus compañeros no saben que va al trabajo habiendo consumido drogas ilegales, pero sus amigos sí.

Dylan asegura que las microdosis le permiten hacer su trabajo mejor, le ayudan a concentrarse más.

"Te da esa sensación de estar calmado y relajado, de estar centrado", le dijo a la BBC.

¿Motivación terapéutica?

Simpa es uno de los usuarios que usa la "microdosificación" con una motivación terapéutica.

A sus 28 años, sufre problemas de salud mental: "Depresión y ansiedad como resultado de un trauma en la infancia, lo cual me llevó al borde de un trastorno de personalidad y de trastorno de estrés postraumático".

Este británico asegura que la medicación recetada por los médicos le dio más efectos secundarios que beneficios, pero que la microdosificación con alucinógenos le brinda mayores ventajas.

"El uso de estas sustancias me ha permitido ver mi trauma de manera tal que es solo una experiencia, un recuerdo como cualquier otro", le dijo a la BBC.

Por su parte Anna, también británica, ha probado la "microdosificación" en el pasado tanto con LSD como con setas mágicas.

Anna cuenta que lo descubrió por accidente un día en que estaba muy aburrida. "Descubrí que podía ser muy útil de una manera no recreativa", le dijo a la BBC.

Aunque dice que la experiencia no le generó un cambio radical, asegura que en los días en los que ingería pequeñas dosis de estas drogas se sentía más productiva.

"Es como tener una calidad de vida un poquito mejor", le dijo a la BBC.

"Tenía un día bastante corriente, pero me sentía más feliz, tranquila, con los pies en la tierra y dormía mejor", le dijo a la BBC esta madre de dos niños.

Pero todas estas experiencias individuales son, por supuesto, anecdóticas.

No hay ninguna prueba científica que sustente la afirmación de que la microdosificación pueda tener un beneficio medicinal.

"No sabemos cuales pueden ser los riesgos a largo plazo"

El psiquiatra James Rucker es una de las personas que investiga las potenciales aplicaciones médicas de las drogas psicodélicas.

Recientemente participó en un experimento de la universidad Imperial College de Londres que exploraba el uso de setas mágicas para tratar la depresión clínica. Pero ese estudio no evaluó específicamente la microdosificación.

"A nivel médico no sabemos absolutamente nada sobre la microdosificación", explica, añadiendo que la única manera de saber si funciona o no sería haciendo un ensayo a ciegas controlado con placebo y de manera aleatoria.

Rucker dice que los peligros que la gente corre automedicándose de esta manera son desconocidos y que eso, precisamente, es un gran problema.

"La definición de una microdosis es que tú no notas el efecto subjetivo, pero eso no significa que no tenga ningún efecto sobre tu cuerpo", le dijo a la BBC.

"No sabemos cuales pueden ser los riesgos a largo plazo", advierte.

"Antes de 1970, cuando las drogas se usaban clínicamente, había cierta preocupación de que, entre los pacientes vulnerables a desarrollar esquizofrenia o trastornos psicóticos, estas drogas destaparan esos problemas en algunas personas", explica el psiquiatra.

"Algunos estudios demostraron que eso puede ser un riesgo, pero otros estudios demostraron que no. Así que, de nuevo, esta es otra área que desconocemos".

El riesgo de una "sobredosificación"

Otro peligro de esta práctica es el riesgo de tomar una dosis demasiado grande, ya que las drogas psicodélicas son muy potentes.

Dylan, de hecho, admite que una vez tuvo un viaje de ácido en el trabajo después de tomar una "microdosis" demasiado grande.

El psiquiatra James Rucker dice que sabe que es imposible evitar que la gente use drogas recreacionales.

Y eso, argumenta, es un buen motivo para hacer más investigaciones sobre los efectos a largo plazo de estas drogas.

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