Hernán Larraín Matte (Evópoli) ha estado siguiendo los pasos del trabajo del comité de expertos de este segundo proceso constitucional que se está llevando a cabo en Chile. Como exconvencional del fallido primer órgano, el abogado valora la labor del grupo que trabaja —en la recta final— en el anteproyecto constitucional que entregarán a los 51 nuevos consejeros el próximo 6 de junio, porque, dice, han tenido un rol integral.

El director del proyecto constitucional de Horizontal sostiene que los acuerdos transversales de las subcomisiones alcanzados este miércoles —y que continúan este jueves— abren un nuevo escenario político que, afirma, interpela directamente a la colectividad de José Antonio Kast.

“El Partido Republicano tiene una responsabilidad fundamental en el proceso constituyente y, en particular, José Antonio Kast se juega de manera importante un rol de gobernabilidad. Por la entrevista que dio José Antonio Kast el domingo en La Tercera da una señal de que comprende aquello, que un gran resultado implica una gran responsabilidad. Y que eso tiene consecuencias para su proyecto político. Por eso lo que ha ocurrido en el comité de expertos es muy importante”, comienza señalando.

—¿Qué cambio de escenario ve a raíz de los acuerdos alcanzados en el comité de expertos en torno al anteproyecto constitucional?
—Los expertos vienen trabajando de una manera muy valiosa. Lo han hecho con diálogo, con acuerdos transversales, acuerdos extraordinariamente amplios, que van desde el Partido Republicano al Partido Comunista; lo han hecho deliberando, con transparencia, de cara a la ciudadanía; se han hecho cargo con propuestas reformistas de aquellas materias más complejas, como sistema político, derechos sociales, descentralización y, hoy, después de las elecciones, y ya conociendo la inclusión de fuerzas que habrá en el consejo, mi impresión —y a la luz de lo que ocurrió en la votación del día de ayer— es que la comisión de expertos, de manera transversal, ha tomado una decisión: van a entregar un texto integral, con los acuerdos más amplios posibles. Esto le abre al país una oportunidad muy valiosa, porque tal vez estamos frente a un escenario nuevo. Y es que la política se ponga de acuerdo de que el plebiscito del 17 de diciembre no se trate de elegir una Constitución de Boric, de Kast o de Pinochet, sino más bien que nos jugamos por la Constitución de los expertos. Y que, transversalmente, valoremos lo que los expertos están poniendo para el debate como un texto mínimo, integrador y que, en el Consejo Constitucional, sea fruto de enmiendas acotadas, de tal manera que evitemos que un sector le imponga su proyecto político al otro. Así podremos tener un texto que convoque a la gran mayoría del país.

—¿Por qué cree que los republicanos debiesen aceptar hacer estas “enmiendas acotadas”, como le llama usted, si el partido tiene solo un representante entre los expertos y ahora van a tener 23? ¿Por qué perderían la oportunidad de plebiscitar sus ideas que, al parecer, algunos dicen en el partido, no eran de “minorías”?
—Esa es una pregunta fundamental que tiene dos respuestas posibles. Una respuesta está en la entrevista del domingo de José Antonio Kast cuando dice que él quiere que la nueva Constitución sea para las grandes mayorías u, otra respuesta, que es la entrevista (En DF Más) que dio el consejero Luis Silva cuando dijo que el texto iba a ser de derecha. Mi impresión es que el liderazgo de José Antonio Kast se va a imponer porque es extraordinariamente valioso para el país que podamos avanzar, porque demuestra que el Partido Republicano y en particular José Antonio Kast está pensando en las grandes mayorías. Si validamos el texto de los expertos como la base del proyecto constitucional que vamos a plebiscitar descomprimimos el debate constitucional y podemos concentrarnos en las urgencias sociales. Podemos hacernos cargo con todo el foco en seguridad, en economía, en inmigración, en el terrorismo, y en todas las cuestiones por las cuales los chilenos salieron a votar el 7 mayo. El plebiscito puede ser sobre la Constitución de los expertos, y no la de Boric, Kast o Pinochet. Los republicanos tienen la palabra. Ahora, yo no quiero decir que los consejeros no vayan a tocar el anteproyecto, lo que sugiero es que sea un texto con una base de amplio acuerdo en el cual se puedan hacer mejoras, perfeccionamientos, pero cuidando el espíritu de lo que los técnicos, expertos, han generado durante todo este proceso.

—Usted habla de dos visiones en el Partido Republicano, sin embargo, Luis Silva corrigió sus dichos en Twitter…
—Luis Silva dijo muchas cosas en esa entrevista para luego decir que no fue una entrevista afortunada, pero creo que es súper importante la pregunta sustantiva -dejemos las cuestiones de forma y los garabatos afuera-... qué visión prima, porque José Antonio Kast dijo que la Constitución debía ser para las mayorías y el consejero Silva dijo que el problema de la izquierda es que se iba a enfrentar a un texto de derecha. Son dos visiones distintas, el Partido Republicano tiene un gran peso y despejar eso es fundamental.

—¿Qué rol le cabe en esa tarea que usted plantea al experto que representa a los republicanos, Carlos Frontaura?
—Carlos Frontaura, sin duda, ha cumplido un gran rol al interior del comité de expertos; académicamente es muy solvente y, además, políticamente ha demostrado ser muy dialogante, muy abierto y a la vez muy firme en sus convicciones. Ahora, la decisión de que los consejeros del Partido Republicano vayan a dialogar y tomen el texto de los expertos como una base sobre la cual se pueda trabajar de manera acotada tiene que ver con las dos visiones que planteo.

—La idea de que se instale una llamada “Constitución de los expertos”, ¿ayuda a que el Apruebo vaya subiendo en sondeos públicos? Previo a la elección y aun cuando no se ha redactado la nueva Constitución, el Rechazo se imponía en encuestas…
—Una semana después de la elección del 7 de mayo la encuesta Cadem mostró que un 65% estaba por una nueva Constitución y un 31% por quedarse por la actual. Es decir: la elección mejoró la percepción de que Chile necesita una nueva Constitución. Los expertos han tenido en el debate del proceso constitucional un rol destacado y han sido el ejemplo de todo lo que la fallida Convención no hizo. Además, recordemos que los expertos han sido muy validados por la ciudadanía durante todo este proceso.

—Días previos a la elección, usted dijo que se debía lograr acuerdos amplios, pero, dado que el Partido Republicano no había mostrado apertura a una nueva Constitución, acuñó la idea de que las fuerzas que firmaron este segundo acuerdo -desde la UDI al PC- se aunaran para sacar adelante aquello. Eso molestó en ciertos republicanos...
—Dije que el objetivo del Consejo Constitucional es lograr un texto lo más amplio posible sin exclusiones. Porque lo viví en la Convención, no comparto la política de las exclusiones, las Constituciones deben ser textos que convoquen a toda la ciudadanía; dije, entonces, a continuación, que, en ese momento, había señales de que el Partido Republicano no quería una nueva Constitución, por lo que sugerí que si el Partido Republicano no quería participar de una nueva Constitución, se convocara a las fuerzas que habían concurrido al acuerdo. Pero eso ya es pasado, acá lo importante es la visión que planteó José Antonio Kast y que los republicanos tienen una gran oportunidad de construir una Constitución para las mayorías. Y José Antonio Kast tiene la oportunidad de ser un líder de mayorías.

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