La decisión del gobierno de cambiar el horario oficial de Chile y ubicarlo en tres horas menos que el tiempo universal coordinado (UTC), que trae como consecuencia que en abril no habrá que retrasar los relojes, ya comienza a generar complicaciones. Uno de los afectados es la organización de la Copa América, que se disputará en Chile desde el 11 de junio al 4 de julio.

Los horarios fijados por la organización tenían como referencia al local, pero asumían para motivos de la transmisión televisiva internacional que para la fecha –fines de otoño, comienzos de invierno- Chile tendría ya su horario tradicional. Es decir, por ejemplo, el duelo entre Argentina vs Uruguay del martes 16 junio, fijado a las 20.30 horas local, los canales transandinos ya lo tenían programado a las 21.30 de Buenos Aires. Ahora, con la decisión del gobierno, al momento en que comience dicho partido en La Serena, Chile y Argentina tendrán la misma hora.

Problemas similares se repetirán en todos los países que jugarán el torneo sudamericanos, y que incluye a mercados tan grandes e influyentes como Brasil, Colombia y México.

El tema está lejos de ser una anécdota para la organización de la Copa América, que en los próximos días deberá tomar una decisión: mantener el horario anunciado, obligando el ajuste horario a los países internacionales, o cambiar la hora de todos los partidos para respetar la transmisión internacional, afectando a los hinchas que ya habían comprado entradas.

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