"Cuando un hermano viene a visitarnos, la ciudad se desborda de emoción y alegría", decía un cartel oficial en los accesos al estadio del Chapecoense, el equipo brasileño que este martes enfrentó al colombiano Atlético Nacional por la Recopa Sudamericana.

El fraterno mensaje ya anunciaba que el partido de ida por este evento deportivo que cada año enfrenta a los campeones de la Libertadores y la Sudamericana no iba a ser normal.

Es que una tragedia unió para siempre al Chapecoense y Atlético Nacional.

El 28 de noviembre de 2016, el avión que transportaba a los jugadores del equipo brasileño, junto con funcionarios del mismo, periodistas y familiares de los deportistas, se estrelló camino a Medellín (Colombia): 71 personas murieron y sólo seis sobrevivieron.

El partido de este martes fue el primer enfrentamiento entre ambos cuadros desde aquella final de la Copa Sudamericana que jamás se jugó.

De hecho, el partido fue denominado "de la gratitud", pues en ese entonces Chapecoense fue designado campeón de la Sudamericana a pedido del propio Atlético Nacional.

Pero, como había dicho el director técnico del Chapecoense, Vágner Mancini, "no hay mejor homenaje que ganar partidos".

Y eso fue lo que hicieron.

Reinaldo abrió la cuenta para el Chapecoense de penal a los 23 minutos del partido. Luego, Macnelly Torres marcó el tanto del empate con un remate de afuera del área (que fue aplaudido por los hinchas brasileños). Finalmente, en el minuto 72, de cabeza Luiz Antonio decretó el 2-1 definitivo.

El partido de vuelta se disputará el 10 de mayo en Medellín, otro momento emotivo para estos dos cuadros hermanos.

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