Por Pablo Melian (France Presse)

Guangzhou Evergrande, con la conquista de su segunda Champions League de Asia en tres años, acude al Mundial de Clubes dirigido por Luiz Felipe Scolari y liderado por Robinho, dos grandes amenazas para el América de México en su duelo de cuartos de final, el 13 de diciembre en Osaka.

El premio para el ganador de esta eliminatoria será enfrentarse al Barcelona de Lionel Messi, Claudio Bravo, Neymar y Luis Suárez el 17 de diciembre en Yokohama, por una plaza en la gran final.

"Los ganadores son aquellos que no se dan por vencidos. Mi próximo objetivo es el Mundial de Clubes ¿Por qué no? Tengo un gran equipo, un gran club y grandes jugadores. Podemos lograr este sueño", señaló tras el éxito continental Scolari, que llevó a Brasil al título mundial en Japón y Corea 2002.

"Los tigres del sur", el club de la ciudad china de Cantón, dejaron este año definitivamente atrás el acento italiano para abrazar el brasileño. 

El técnico brasileño Luiz Felipe Scolari celebrando con su equipo en las semifinales de la Champions League de Asia. 

"Una zaga más compacta"

De la primera 'Champions' ganada con Marcelo Lippi en el banquillo se ha pasado a Luiz Felipe Scolari, que logró la segunda. Un campeón del mundo (2006) dio el testigo a otro (2002) con un paréntesis para el Balón de Oro (2006). Fabio Cannavaro dirigió al equipo seis meses.

Sin técnicos italianos en el banquillo, también se marcharon los jugadores Alessandro Diamanti y Alberto Gilardino.

El poderío económico atrajo a un internacional brasileño como Paulinho, fichado del Tottenham por 15 millones de dólares, con un contrato por cuatro años para que pusiera orden en el centro del campo.

Luego fue el turno de Robinho, el habilidoso extremo que cuenta 100 partidos con la selección brasileña, al que convencieron con un cheque de 3 millones de dólares por seis meses vistiendo la camiseta de los "Tigres". No ha defraudado y sus exhibiciones técnicas son leyenda en Asia.

Ricardo Goulart jugando por el equipo chino.

También llegó el goleador Ricardo Goulart que, junto Elkeson, formaron en el Guangzhou un cuarteto de calidad, cuatro hombres capaces de marcar las diferencias.

Esto le sirvió sirvió para remontar el vuelo en una temporada marcada por los cambios en banquillo y acabar consiguiendo el campeonato nacional y la Champions League asiática.

"Tenemos más equilibrio entre la defensa y el ataque. Seguimos siendo un equipo muy ofensivo, pero nuestra zaga es ahora más compacta. Hemos alcanzado un nuevo nivel", señaló el centrocampista Huang Bowen sobre la evolución del equipo con Scolari en una entrevista con la página web de la FIFA.

Seguidores del Guangzhou Evergrande en la final de la Champions League de Asia.

Colapso económico

Creado en 1954, no fue hasta 2010, año en el que todavía estaba en segunda división, cuando comenzó a despegar, gracias a que la inmobiliaria Evergrande lo compró por 100 millones de yuanes (15 millones de dólares). Actualmente es propiedad de Evergrande (en un 60%) y del número uno chino del comercio electrónico Alibaba (40%).

Con la inversión económica llegaron los fichajes millonarios y los éxitos, hasta cinco títulos consecutivos en China y dos Champions en tres años. Como hitos de aquella primera época los salarios que percibieron en 2011 el argentino Darío Conca, 11,5 millones de dólares por año, y el paraguayo Lucas Barrios por 10 millones. Ambos salieron campeones.

Pero con estos sueldos era imposible el equilibrio presupuestario. Según un comunicado publicado por el club a finales de noviembre en 2014, sufrió pérdidas de 75 millones de dólares.  Los ingresos alcanzaron los 53 millones pero los salarios que pagó a jugadores y entrenadores llegaron a los 90 millones y lastraron sus cuentas.

De esta forma el Guangzhou Evergrande anunció que buscará reunir hasta 400 millones de dólares para paliar su complicada situación. El club busca recaudar 2.650 millones de yuanes gracias a la emisión de unos 66 millones de acciones en la NEEQ, una plataforma bursátil secundaria china, precisó.

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