No fue en febrero, como estaba pautado. Tampoco será este viernes, como se esperaba. El fútbol argentino lleva un mes sin empezar y la crisis institucional sólo parece agravarse.

El jueves el gobierno de Mauricio Macri anunció un pago por US$22 millones a la Asociación del Fútbol

Argentino (AFA), lo que esperaba destrabar una parálisis que tiene a miles de jugadores, sobre todo de divisiones inferiores, sin recibir sueldos hace 3 o 4 meses.

Sin embargo, el gremio de jugadores, Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), consideró insuficiente el dinero desembolsado y, a pesar de una orden de conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo, anunció la continuidad del paro hasta que no se les pague a todos.

Con todo, la AFA dijo que la fecha está vigente y advirtió que los jugadores que no lleguen a la canchapueden ser sancionados.

Pero el gremio que los representa, tras alargadas reuniones hasta la madrugada del viernes, no dio el brazo a torcer.

La crisis no es ni nueva ni sencilla, sino que refleja el complejo andamiaje político, comercial y gremial que resulta ser el fútbol en la tierra de Lionel Messi y Diego Armando Maradona.

BBC Mundo responde algunas preguntas clave de la crisis.

¿Por qué hay crisis?

El fútbol no empieza porque los clubes no le han pagado a los jugadores, quienes acusan a los directivos de gastar y endeudarse más de lo que pueden.

Pero los clubes, que son unas 200 entidades de diferentes divisiones, dicen no haber recibido de la AFA los pagos por derechos de televisación y otros compromisos.

Por otro lado, la AFA ha sido intervenida por la FIFA en busca de trasparencia.

Actualmente es gobernada por una comisión transitoria, y la puja por el poder -entre poderosos caciques de los medios, los gremios y la política- está en vilo tras unas bochornosas elecciones celebradas en febrero en las que hubo más votos que votantes. Y quedó 38-38.

La AFA, entonces, está sin presidente.

Y, mientras tanto, los candidatos que van desde el famoso presentador de televisión Marcelo Tinelli hasta Maradona, siguen en campaña.

¿Dónde está el dinero?

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) nacionalizó las transmisiones de fútbol bajo el programa de Fútbol Para Todos, que permitía ver todos los partidos de la primera división por canales abiertos.

Aunque el esquema fue celebrado por muchos, sus críticos alegan que fue una fuente de corrupción que el gobierno de Fernández usó como herramienta de propaganda política.

Macri, que hizo sus pinos en política desde la presidencia de Boca Juniors, llegó al poder con la promesa de mantener el esquema, pero tras 10 meses de haber asumido decretó que el Estado ya no participaría del fútbol.

El gobierno dijo el jueves haber cumplido con el último compromiso: los US$22 millones.

Pero los críticos aseguran que la suma no solo es inferior a los US$31 millones que debían, sino que una gran parte de ésta se quedará en el erario, los bancos y socios por deudas y embargos de los clubes.

Mientras tanto, el concurso por quién va a transmitir el fútbol argentino de ahora en adelante es otra puja que, también, entremezcla poderes e intereses comerciales y políticos.

Aunque en teoría la AFA le dará los derechos al que más pague (participan ESPN, Fox/Turner y Mediapro), numerosos analistas argentinos aseguran que el concurso implica un importante grado de lobby.

¿Cuándo empezó la crisis?

Los comentaristas coinciden en que la crisis empezó el 30 de julio de 2014, día que murió Julio Humberto Grondona, quien fuera presidente de la AFA por 35 años y vicepresidente de la FIFA.

"Con Grondona, que era como una suerte de dictador, las cosas funcionaban mal, pero funcionaban. Sin él todo deja de funcionar", le dice a BBC Mundo Sebastián Fest, editor de la sección de deportes del diario La Nación.

Grondona era el considerando el "mandamás" del fútbol, ya que la AFA manejaba el dinero entre proveedores y clubes.

"O te llevabas bien con él, o desaparecías del mapa", agrega Fest.

"Es como un viejo que tiene una libretita con todos los datos del negocio apuntados con mamarrachos, se muere y sus hijos se arman un lío tratando de entender", añade Hugo Asch, veterano periodista y columnista de fútbol en el diario Perfil.

Grondona fue considerado por las autoridades de Estados Unidos como "el conspirador número 1" en la red de corrupción por la que en 2015 arrestaron a los directivos más importantes de la FIFA.

El argentino, sin embargo, murió poco antes de que estallara el escándalo. Y anteriormente había negado ser responsable de cualquier irregularidad.

Y desde entonces -por mucho que sus practicas sean ampliamente consideradas clientelistas, dictatoriales y deshonestas- la AFA entró en una etapa de ingobernabilidad y tortuosa transición.

¿Qué significa todo esto?

Los especialistas dicen que el fútbol, tarde o temprano, va a empezar, porque hay demasiados intereses que viven del juego: las "barras bravas" (los grupos de simpatizantes más fervientes pero también más violentos), los patrocinadores, los sueños de millones de niños.

La pregunta es qué va a quedar de todo este episodio, cuya raíz está lejos de sanarse.

"Si yo tuviera la suerte de ser uruguayo, te diría que esto es gracioso. Pero no, me causa mucho dolor", dice Asch.

"Fútbol Para Todos funcionó, aunque no se supiera a dónde iba la plata, pero esto que está pasando es peor, es un teatro de lo absurdo".

Fest, por su parte, prefiere ser optimista.

"Esto me da pena, pero por otro lado lo encuentro lógico, porque se está intentando cambiar un sistema viejo y perverso", opina.

"Acá no hay elecciones hace décadas. Los clubes y los dirigentes no conocen el esquema que se busca. No pasas de una dictadura a una democracia de un día para otro".

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