El fútbol ecuatoriano no pasa por su mejor momento. En la pasada Copa América, el equipo quedó en penúltimo lugar y, más recientemente, fue goleado por la albiceleste argentina 1-6 en el estadio español Manuel Martínez Valero. Actualmente, Ecuador ocupa el lugar 63 en el ranking mundial de selecciones de la FIFA.

Los mencionados fracasos sellaron la salida del colombiano Hernán "Bolillo” Gómez como técnico y, desde entonces, la selección ecuatoriana es dirigida en forma interina por el argentino Jorge Célico.

Entre los nombres que se mencionan para suceder a Gómez y Célico, están los de Matías "Pelado” Almeyda (extécnico de Chivas de Guadalajara y actualmente entrenador del San José Earthquakes de Estados Unidos), y  José Pekerman, exentrenador de las selecciones de Argentina y Colombia.

Sin embargo, el que suena más fuerte es el del alemán Jürgen Klinsmann. En Alemania, el medio especializado Sportbild dio a conocer incluso un presunto arreglo según el cual Klinsmann ganaría 4,5 millones de dólares al año por dirigir a la selección ecuatoriana.

Pero el nombramiento y la presentación oficial se han hecho esperar. La Federación Ecuatoriana de Fútbol argumenta que la tardanza obedece a "compromisos comerciales”. Medios ecuatorianos afirman, por su parte, que las negociaciones se han demorado a causa de numerosos aspectos legales y fiscales relacionados con el pago de los honorarios a Klinsmann.

Se especula además que el entrenador germano quiere mantenerse en Estados Unidos como lugar de residencia, posibilidad que ha sido recibida con críticas por algunos columnistas ecuatorianos del deporte.

También se dice en el mundillo futbolístico de Ecuador que Klinsmann llegaría a protagonizar una auténtica revolución en el balompié de ese país.

Klinsmann, ¿el surfista que será el primer tele-entrenador de la Tricolor?

Si Jürgen Klinsmann se queda a cargo de la Tricolor, lo más probable es dirija desde California a los asistentes, que en Ecuador seguirán sus órdenes. En otras palabras, el alemán será el primer...

Este último aspecto recuerda el retorno de Jürgen Klinsmann a Alemania como técnico del Bayern Múnich, en 2008. Arropado aún en el "sueño de verano” que para muchos alemanes significó la celebración de la Copa del Mundo 2006, y en el tercer lugar que conquistó "die Mannschaft” en ese torneo, Klinsmann fue presentado por los medios como el hombre que regresaría al club bávaro la "alegría de jugar al fútbol.”

En aquel momento, Klinsmann trajo a Alemania a su equipo de asistentes, encabezado por Martín Vásquez. También llevó al campo de entrenamiento del club grandes figuras de Buda, para transmitir "energía” e "inspiración” a los jugadores del equipo multicampeón.

Franz Beckenbauer, leyenda del fútbol alemán y directivo del Bayern, decía en aquellos días que Jürgen Klinsmann "cambió el fútbol alemán, lo modernizó y le dio un nuevo estilo”. Eso era precisamente lo que se esperaba de él en el Bayern Múnich, en 2008.

Pero la revolución jamás llegó, y la armonía terminó por romperse. El clavo definitivo en el ataúd de la era Klinsmann fue la derrota 1-5 contra Wolfsburgo. La humillación no solo fue el marcador, sino también la figura del brasileño Grafite burlando a toda la defensa muniquesa y rematando con un "taquito” que dejó viendo centellas al arquero Michael Rensing. Klinsmann solo dirigió unos cuantos partidos más al Bayern, antes de ser cesado. Del eufórico sueño al crudo despertar, no habían pasado ni siquiera diez meses.

Si Jürgen Klinsmann es nombrado entrenador de la selección de Ecuador o no, y si llevará a sus colaboradores y sus Budas, es algo que se sabrá pronto. El tiempo apremia para un relevo. El equipo nacional ecuatoriano debe prepararse para su próximo partido amistoso, contra su similar de Colombia, en menos de dos semanas. A Célico, ya se sabe, nadie le ha pedido quedarse hasta entonces.

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